Soportújar podría ser un pueblo más de la bella Alpujarra de Granada. Colindante del afamado barranco de Poqueira, comparece con sus casas blancas sobre el fondo de la montaña, con sus tejados de pizarra, su intrincado callejero de origen árabe, sus peculiares chimeneas, sus tinaos o soportales… Otro idílico pueblo serrano con todos los elementos tradicionales de la zona. Pero sólo hace falta poner un pie en él para descubrir que aquí nada es lo que parece; sólo hay que mirar a sus farolas o su escudo para ver que aquí ‘gobiernan’ gatos negros, hechiceras y otros engendros misteriosos; y sólo hay que oír lo que se cuenta de él para saber por qué a sus habitantes se les conoce como brujos y brujas. No hace falta ser un lince para ver que en Soportújar, las brujas son las reinas.
Con un origen en el que la superstición se intrincó con la historia y que el paso del tiempo convirtió en apodo, hoy día es el mejor ‘producto de marketing’ de Soportújar, una localidad preciosa, que tiene mucho que ver por sí misma, pero que no sobresaldría tanto con respecto a sus vecinas sin esa peculiaridad que la ha hecho tan especial.
Por qué es Soportújar el pueblo de las brujas
La historia habla de que, tras la rebelión de las Alpujarras que desalojó a los moriscos, el lugar se repobló, entre otros, con moradores del Noroeste de Castilla-La Vieja, que traerían sus tradiciones y misterios consigo. Y la superstición de unas poblaciones apartadas, enclavadas entre barrancos y en la ladera de la montaña, y aisladas en algunas épocas, no haría sino amplificar los rumores.
Los datos demostrables también confirman esta versión. Las historias orales de las localidades limítrofes hablaban de aquelarres y de mal de ojo, lo que en algún momento obligó a la Inquisición a investigar. Y aunque no hay pruebas de que llegaran a conclusiones diferentes de cualquier otra investigación similar, las habladurías se quedaron y han llegado hasta hoy.
Allí donde las meigas encontraron refugio, la mayor bruja de Oriente te da hoy la bienvenida, una escoba mágica te incita a dar una vuelta, una casa de dulce te invita a caer en la tentación, dos brujas, al tiempo que cocinan una pócima, te muestran una vista espectacular del entorno mientras una araña teje tus sueños y los convierte en pesadillas. Si quieres disfrutar de un lugar diferente, sé bienvenido a Soportújar, el pueblo de las brujas.
Cómo llegar a Soportújar
Hasta no hace mucho, viajar a la zona central de la Alpujarra de Granada se asociaba con los deseos de conocer y visitar Pampaneira, Bubión y Capileira, pero hoy hay una cuarta localidad que está empezando a sonar, incluso, más que sus vecinas. Soportújar, de la mano de sus misterios, sus fiestas y su reciente fama, ya no les tiene nada que envidiar.
Situada a casi 64 kilómetros de Granada capital por carretera -la mitad en línea recta-, la vía montañosa que hay que tomar para llegar a Soportújar hace que se tarde más de una hora en recorrer ese trayecto. Antes de subir hasta allí, la carretera llega hasta la población de Orjiva, que sirve de capital y puerta de entrada a esta zona de la Alpujarra tan turística y concurrida.

También ésta es la localidad por la que hay que pasar si llegas desde las otras dos capitales de provincia cercanas, desde las que suelen acudir un buen número de las personas que visitan Soportújar. 123 kilómetros y una hora y 45 minutos aproximadamente la separan de Málaga; y dos horas y 142 kilómetros de Almería.
Donde aparcar en esta localidad serrana
Como todos los pueblos de la Alpujarra, Soportújar no está hecho para ser recorrido en coche. Son calles estrechas, en las que no caben vehículos en su mayoría y las pocas plazas de aparcamiento suelen ser para los residentes. No obstante, hay habilitadas dos zonas gratuitas para poder aparcar. Una está enfrente de la estatua de la bruja Baba Yagá, a la entrada del pueblo y, el otro, junto a la Era de los Aquelarres, en la parte alta.
Sin embargo, si vas en temporada baja y en algún día de diario puedes encontrar aparcamiento hasta la misma plaza de Abastos, en el centro de la localidad. Y si lo haces en época de mucha aglomeración, también han habilitado algunos vecinos zonas circundantes al pueblo como aparcamientos privados.
Qué ver en Soportújar, ruta por un pueblo de leyenda y misterio
Aunque aquí veas y oigas hablar de escobas voladoras, de viejas con sombrero picudo, gatos negros, serpientes gigantes o casas de cuento de hadas -o de miedo, según guste-, Soportújar tiene mucho que ver por sí misma sin tener que acudir a estas leyendas. Como decíamos, se trata de un pueblo típico alpujarreño, tan caótico como hermoso, tan escondido como blanco y resplandeciente, situado en un entorno natural también muy especial, como es el del Parque Nacional de Sierra Nevada, y en el que las rutas de senderismo y otras actividades naturales tan boga hoy día añaden atractivo.

No obstante, eso ya lo pueden ver también en otros lugares y lo que atrae a tanta gente son las peculiaridades que se le han ido sumando en las últimas décadas. Y lo que queda, porque pese a ser un pueblo pequeño, que en sus mejores momentos nunca pasó de los 1.000 habitantes, cada año suma ‘encantos mágicos’ a su leyenda, lo que hace que cada día haya más cosas que ver en Soportújar y que también hagan más entretenida la visita.
Entre todo lo que puede mostrar, lógicamente, tiene una plaza a partir de la que, históricamente, ha crecido; un Ayuntamiento en el que se puede ver el escudo de la localidad, con su bruja presidiendo; la Iglesia parroquial de Santa María la Mayor, construida en el siglo XIX y que contiene, como mayor tesoro, un retablo del XVIII; y también un polideportivo o una pequeña piscina municipal. Pero aquí no es a ver eso a lo que venimos… aunque también esté ahí y se pueda visitar.

Recorrer sus laberínticas calles significa encontrarte una sorpresa en cada esquina. He recopilado quince, pero podrían ser más porque algún mural, alguna estatua, algún detalle me he dejado atrás. Serán más en el futuro porque, aunque Soportújar es pequeño y parezca que ya no caben más cosas, la imaginación es muy grande. Y los misterios de este mundo, aún más.
Estos son los 15 lugares imprescindibles que debes ver o recorrer en Soportújar:
Cueva del Ojo de Bruja y el puente encantado
Antes de entrar en el pueblo, a unos cientos de metros, cerca del cementerio y en uno de los dos lugares donde podrás aparcar sin problemas se encuentra la hasta no hace mucho conocida como Cueva del tío Añunas, hoy renombrada como Cueva del Ojo de Bruja.
Esta pequeña oquedad en la tierra fue durante un tiempo vivienda de gente humilde, aunque su presencia siempre ha estado ligada a leyendas de brujas, bandidos o como puerta de entrada a otros mundos. Se supone que estos dichos partirían de los propios vecinos para que los niños no se acercaran a la cueva y al barranco que hay justo al lado. En este barranco, junto a la cueva, está el Puente Encantado; una bonita construcción reciente (2014), muy fotogénica y que añade encanto al lugar.
La cueva en sí tiene todos los elementos que tendría la casa de una curandera. Y aunque hoy día, la bruja que encontramos dentro cocinando sus pócimas no dé el miedo de antaño, ni vaya en busca de niños o vigile el pueblo con su gran ojo, no es el mejor lugar para ir de visita una vez que el sol se ha puesto en el horizonte.

Cabeza gigante de Baba Yagá
Poco más adelante de la cueva, justo a la entrada de Soportújar, encuentras una cabeza gigante de lo que se supone es una bruja. Pero no sólo lo es, sino que es una muy especial. Tal vez en España el nombre de la Bruja Baba Yagá no suene a nada, pero se trata de la gran hechicera de la mitología eslava, muy conocida en la Europa del Este por su fealdad, su perversidad y su afición por comer niños.
También llamada la Dama Blanca de la Muerte, no viajaba, como en los cuentos de aquí, subida en una escoba sino que remaba con ella y así volaba sobre un almirez o una olla. Y vivía en una casa con patas de gallina, con la que recorría el mundo. Su colorida imagen es una de las más fotografiadas de Soportújar junto a la de las brujas del Mirador del Embrujo.
Casa de la Bruja Baba Yagá y fuente del chorro
Precisamente, la casa de la bruja Baba Yagá también se encuentra en Soportújar, lo que hace pensar que ha decidido instalarse aquí. Si seguimos una ruta desde la cueva del ojo y la cabeza de esta bruja eslava, su casa no será lo primero que te encuentres. De hecho, será uno de los últimos lugares que visites, salvo que hayas aparcado en la zona donde está la Era de los Aquelarres, pero incluso en ese caso verás antes, posiblemente, la Casa de Hansel y Gretel o la Araña Tejedora de Sueños.
Sin embargo, viene al caso nombrarla por el hecho de ser la casa de tan insigne propietaria. Tan tradicional como la bruja es el conjuro con el que entra en sus aposentos: «Casita, Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí». O el hecho de que esté decorada con calaveras o que, en su interior, siempre esté lleno de carne y vino. Sea así o no, no tendrás la oportunidad de subir hasta ella, entrar y comprobarlo.
En el espacio donde ha ‘aparcado’ esta casa está la Fuente del Chorro o del Chorrillo, un lugar tradicional de la localidad y que, como casi todo aquí, tiene su propia leyenda. ”Quién prueba el agua del Chorrillo, se vuelve falso”, señala el dicho sobre un lugar donde se reunían antiguamente las brujas para contarse sus maldades. Aunque tal vez sólo fueran las vecinas de Soportújar que acudían a por agua y a conocer las novedades que se hubieran dado.
La casa de Hansel y Gretel
Justo por encima de esta casa se encuentra otra más colorida y llamativa. Se trata de una de las últimas ‘adquisiciones’ de la localidad: la casa de chocolate y golosinas de Hansel y Gretel.
Para construirla se ha aprovechado el antiguo depósito de agua que había en la calle Alta. De hecho, sólo lleva construida desde 2021 y, según anuncian, tiene aún cosas por acabar para poder visitarla en su interior. Pero en este corto espacio de tiempo ya se ha convertido en uno de los lugares a los que más fotos han dedicado en Soportújar.
Aunque esta bruja y este cuento sí son más conocidos por nuestros niños, por si no quedaba claro de lo que se trata, en uno de sus laterales se puede ver un grafiti con una bruja ofreciendo dulces a sus visitantes.

La Araña tejedora de sueños
Por cercanía, en la llamada calle Alta se encuentra una araña enorme que sobresale por encima de un antiguo muro de piedra, construido de la forma tradicional y que ya apenas se hacen. Se trata de la Araña Tejedora de Sueños, una enorme Viuda Negra que recuerda a la que atacó a Frodo Bolson en su entrada a Mordor y que puede dar más de un susto a alguien poco precavido.
La Serpiente Maléfica
Más sorprende ver aparecer la cabeza de una enorme serpiente de un muro. Sobre todo porque el entorno parece más dado a lo bucólico que a una película de terror.
Justo debajo de un tinao (el típico soportal de las Alpujarras) pintado de blanco y tras subir unas escaleras que culminan una estrecha calle se puede ver el referido reptil, otro de los favoritos a la hora de ser inmortalizados. Ni sus prominentes colmillos a esos intrépidos que quieren aparecer junto a ella.

La Escoba Mágica y el gato negro
Aunque para fotos en Soportújar, la escoba mágica tal vez sea la favorita. Pocos resisten a la tentación de no sentirse por un momento bruja (o brujo, que aquí posa todo el mundo y se parece a la de Harry Potter) y tratar de hacerla arrancar.
En uno de sus extremos está un gato negro. Pero no te preocupes, sólo quiere ‘hacerte compañía’ y que no salgas solo en la fotografía.
No sé si será brujería o no, pero la realidad es que te vas a encontrar muchos gatos (reales) por las calles y se ve que están acostumbrados a la presencia de los turistas, porque ni se inmutan.
Calderos mágicos
Si estabas viendo la araña, tal vez te hayas acercado antes de encontrarte con la serpiente o con la escoba a ver unos cacharros de cocina ahí arrinconados en una calle. No te fíes, se trata de unos calderos mágicos, que te podrían dar alguna sorpresa.
De hecho, algunos ya la dan sin ni siquiera abrirlos. Han adoptado un nuevo papel en esta historia, ejercen de maceteros y de ellos salen unas flores que alegran el contorno.
El Pozo de los Deseos
No lejos de ellos se encuentra un pozo, cubierto por unas rejas, con bonito brocal, su polea y hasta con su vetusto cubo para sacar agua. Un pozo normal en apariencia, pero en el que tus deseos pueden hacerse realidad.

Hay varias versiones, pero todas pasan porque eches una moneda dentro de él. Si no lo haces, puede traerte mala suerte, aunque si lo haces y no cae de cara, tal vez tampoco sirva de mucho.
Al menos, para las fotos y por la placita en la que se encuentra, bien merece una instantánea.
Zanjilla, la calle más mágica y estrecha de España
De igual forma merece una foto la calle que tiene justo enfrente, el mayor exponente de esas calles estrechas tan tradicionales en los entramados medievales de estos pueblos de origen musulmán. Más que nada porque la calle Zanjilla puede ser una de las más estrechas de todo el país.
La denominada como «la calle más mágica y estrecha de España» mide en torno al medio metro de ancho por algunas de sus partes y da a un bonito soportal o tinao, que bien merece una foto, más incluso que la calle.
La Fuente del Dragón y El Pueblo Embrujado
O más bien el dragón de la fuente, porque es éste el que sobresale en esta pequeña esquina, cuya antigua fuente se ha recuperado con uno de los seres mitológicos más empleados en cuentos y narraciones de aventuras.
El lugar de la estatua por donde sale el agua no es el más sugerente, aunque ya se han encargado de añadirle alicientes a los que dudan en beber, como sus poderes afrodisiacos.
Fuera de bromas. Estamos en Sierra Nevada y las fuentes son tradicionales en cada rincón de estos pueblos, que recogen lo que la montaña descarga tras el deshielo. En éste y en los otros pueblos de la zona, encontrarás muchas. Eso sí, con un dragón custodiándola, ninguna.

La zona que hay entre la Fuente del Dragón, la Escoba Mágica y la Serpiente Maléfica -una calle que llega desde la plaza de Abastos- es una de las mejor conservadas con las tradicionales casas alpujarreñas y es lo que se ha llamado como El Pueblo Embrujado.
La Fuente de San Antón y la cápsula del tiempo
En este paseo por el pueblo he dejado para el final lo que tal vez veas al principio: la Plaza de Abastos. Aquella plaza principal donde estaba la iglesia o el Ayuntamiento de los que antes hablábamos, pero que en la que vas a ver también algunos elementos por los que Soportújar tiene tanta fama.
Por un lado, está una bonita fuente decorada con azulejos típicos granadinos, tradicionalmente conocida como Fuente de San Antón, pero ahora denominada como Fuente de las Brujas.
Y, junto a ella, un azulejo que señala el lugar donde se ubica la cápsula del tiempo. Un cubículo en el que los vecinos guardaron cartas, mensajes y recuerdos, y que será abierto en el año 2065. Si estás por aquí para esa fecha, ya tienes una cita
La Fuente de las Brujas y el Mirador del Embrujo
Aún queda un rincón de la plaza por visitar y es, precisamente, el más visitado. La plaza da por uno de sus lados a un mirador con unas vistas increíbles de todo el entorno y de algunos de los pueblos vecinos; y que ahora preside una fuente donde dos brujas están cocinando una de sus pócimas en un caldero. Lógicamente, se llama la fuente de las brujas; y al mirador, del Embrujo.
Embruje o no, la realidad es que sus vistas son preciosas. Desde allí se puede apreciar la subida al pueblo y la carretera desde la que entramos a la localidad.

La Era y el Mirador de los Aquelarres
No obstante, el mirador principal de Soportújar lo encontrarás en la parte alta de la localidad. Por encima de todas estas calles llenas de sorpresas se sitúa una antigua era -la antigua Era de las Cruces- que, a falta de las tradicionales labores agrícolas para la que se empleaba no hace demasiados años, ha adoptado una nueva visión como lugar donde celebrar los aquelarres.
La baranda que rodea la era está decorada por gorros mágicos, libros de conjuros, gatos, calaveras… y en la propia era hay una pequeña cueva desde la que vigila una bruja, custodiada por serpientes rojas. Aquí era el lugar donde se reunían las brujas para hacer sus aquelarres e invocar a los demonios, el mejor sitio desde el que despegar con sus escobas o, algo más creíble, donde se han desarrollado en el pasado ritos paganos.
Lo que sí es real es que debe ser un buen lugar para contemplar las estrellas y, seguro, lo es para tener unas vistas privilegiadas del valle de Órgiva-Guadalfeo, uno de los más bellos parajes de la vertiente sur de la Sierra Nevada. Sólo por ello merece la pena subir.
Esta Era-Mirador suele ser, en ocasiones, uno de los primeros contactos con este pueblo de las brujas, ya que en los días de mucha aglomeración en Soportujar, aquí está uno de los principales aparcamientos que podrás encontrar.
Centro Temático de la brujería y Museo del Embrujo
En un lugar donde las brujas son las protagonistas y la brujería una de sus razones de ser, no podía faltar un museo y centro de interpretación en el que explicar todo lo que ha rodeado este mundo a lo largo de los tiempos.
Se podría decir que es la ‘parte seria’ de toda esta historia. El lugar donde podrás conocer las distintas interpretaciones que se le han dado a la palabra bruja en las diferentes culturas y a lo largo de la historia; desde el papel de estas curanderas, hechiceros… que conocían remedios naturales y, en muchos casos, aparte de los ‘médicos’ de la época, eran también los líderes espirituales; hasta las prácticas oscuras que, en la mayoría de los casos, se les atribuían.

Está situado cerca de la entrada principal del pueblo, un poco después de la cabeza de la Baba Yagá y en una antigua casa de maestros de la localidad, habilitada como museo. Y reformada recientemente. Allí también está el punto de información y es un buen lugar para comenzar la visita al pueblo de las brujas.
Además, en tu recorrido por el pueblo verás ‘brujas estrelladas’ en las paredes, siluetas de hechiceras en las rejas, en las farolas, dibujadas en las paredes, tiendas temáticas, etc. Sin duda, un pueblo que también es un parque temático de la brujería.
Lo mejor de todo es que estos quince lugares no son lo único que puedes ver en Soportújar. No en vano, muy cerca del Centro Temático de la Brujería hay otro mirador, ahora denominado Mirador Embrujado, desde el que puedes tener otra perspectiva del valle y de la propia localidad; también muy cerca se encuentra la Fuente de los Leones, llamada así porque uno de estos animales la preside; un pequeño parque; la Fuente de San Antonio, frente a Baba Yagá; o el Buda Azul, lugar desde donde empieza el ascenso al primer centro budista de España, O Sel Ling, del que hablaré a continuación.
Y la propia entrada a la localidad, un kilómetro antes de llegar al Barranco de la Cueva, se ha habilitado para que sirva de presentación, con un tejado espectacular -es una maqueta del propio pueblo- y que te invita a seguir adelante en esta «visita mágica».

El Centro de Meditación Budista de O Sel Ling
Después de ver tanto misterio y brujería, puede resultar raro que la localidad tenga un Centro de Meditación Budista. Y no solo eso, pues éste no es uno cualquiera, sino el primero que se consagró en España; y lo hizo el propio Dalai Lama.
La explicación es lógica, el centro es muy anterior a que se desarrollara todo este mundo exotérico (fue fundado en 1980) y buscaba un lugar tranquilo para poder meditar, similar a los que tienen en las montañas del Tibet, en China, en Nepal o en el norte de la India.
El centro no está en la población propiamente dicha sino mucho más arriba, a ocho kilómetros, a los que puedes subir caminando -entre dos y tres horas- o en coche, por un camino de no fácil acceso. Y que cuenta con unas vistas espectaculares del barranco de Poqueira y el valle de Guadalfeo-Orgiva.
Su nombre, O Sel Ling, viene a significar «Lugar de luz clara”. Lo preside una gran estupa blanca, hay muchas estatuas de buda, ruedas de oraciones, un centro de visitantes… y en él puedes hacer retiros espirituales individuales y en grupo. O, simplemente, ir a conocerlo, pues está abierto de forma gratuita en horario de tarde.
Que hacer en Soportújar, un lugar ideal para practicar senderismo
Aunque la visita en sí ya tiene alicientes hasta para pasar el día entero en la localidad. Antes de que se hiciera tan famosa, Soportújar tenía muchos encantos alrededor para que fuera un buen lugar desde el que conocer la zona.
Con saber que Pampaneira está a cuatro kilómetros y que ahí arranca el Barranco de Poqueira o que Lanjarón u Orjiva están a un paso, se deduce que algunos de los caminos que la circundan son muy propicios para hacer rutas. Se trata de una zona de mucha agua, con vegetación abundante y variada, con cercanas vistas a las mayores cumbres de Sierra Nevada y con una red de senderos por la falda de la montaña que son especialmente apetecibles en otoño y primavera.

Los conocidos GR7 y el Sulayr, que recorre todo el Parque Natural de Sierra Nevada, pasan por ahí. Ya hemos hablado de la subida al Centro de Meditación Budista O Sel Ling; hay rutas que comunican con Pampaneira y también está el Camino de Cañar hasta este pueblo vecino. Aunque tal vez la ruta más conocida sea la del Río Chico, una ruta circular, que te lleva hasta la cascada de este río y al vecino Dique 24, otro de los alicientes cercarnos a Soportújar.
El Dique 24
El llamado Dique 24 es una obra de ingeniería que se encuentra a tan sólo dos kilómetros de Soportújar y de la que encontraras indicaciones dentro de la localidad para poder ir a visitarla.
Está enclavada en la garganta del río Chico y a ella se llega por la acequia de la Vega, otro lugar digno de recorrer. En su día se hizo para poder comunicar Cañar con Soportújar sin que las crecidas del río lo impidieran y hoy día es un bonito lugar para visitar y disfrutar, en el que ves la caída del agua desde una gran altura. Hoy forma parte del sendero GR-7 en la ruta entre los dos pueblos, pero también, como antes se indicó, de la ruta circular del Río Chico.
Leyendas de Soportújar
En una tierra de leyendas y misterios, Soportújar sobresale y, por ello, se ganó su apodo. La localidad está llena de alusiones a fábulas y misterios, todos los vecinos se han implicado en la decoración de sus propias fachadas y, aunque desde el entorno ya le asignaron algunas leyendas relacionadas con la brujería, no hay que salir de la localidad para conocer otras muchas que han llegado hasta nuestros días.
Algunas de éstas tan cercanas como el velatorio de Manuel Manzano, ocurrido en pleno siglo XXI (2009), en el que una paloma le acompañó toda la noche; o como el que tiene a la Era de los Aquelarres como lugar protagonista y que habla de la deuda de un hombre con una curandera y de cómo, al tratar de escapar, fue frenado por un rayo.

Otras han trascendido por más de un siglo, como la del tesoro de lingotes de plata encontrado por Antonio Calixto Rosquero a finales del siglo XIX en el paraje ‘El Corralillo’, que le hizo perder el juicio.
Fiestas de Soportújar
Conforme las brujas ha ido tomando Soportújar, sus fiestas se han ido adaptando y absorbiendo otras nuevas, que también sirven de reclamo casi en cualquier época del año.
Halloween y la Noche de Brujas
La noche más terrorífica del año no podría dejar de ‘celebrarse’ en uno de sus pueblos fetiche. Mucho está cambiando esta tradición en España en los últimos años, en los que se ha pasado de, simplemente, recordar a nuestros difuntos y antepasados a disfrutar de la festividad de forma más divertida, asumiendo las tradiciones celtas, amplificadas por la cultura norteamericana con su noche de Halloween.
Y Soportújar no necesita ni el decorado para estar preparado para esta fiesta. Aunque se implica de lleno en ella y durante todo ese día las brujas ‘cobran vida’ por sus calles. No obstante, desde 2017 la gran fiesta se vive en la madrugada del sábado al domingo más cercana al 1 de noviembre, cuando se celebra la Noche de Brujas, que desde la primera edición ha atraído a muchos visitantes y en sólo cuatro ediciones ya ha cogido una gran fama.

Desde media tarde, las brujas toman las calles de la localidad, hay juegos de magia, cuentacuentos, puestos de comida, pasacalles… otra feria de la brujería en otoño.
Resulta curioso que esta tradición de origen celta e irlandés, asentada en el Nuevo Mundo, ‘regrese’ a un lugar donde la tradición señala a las meigas como origen de su fama. Es como si se cerrase el círculo en Soportújar.
Feria del Embrujo de Soportújar
Más años lleva celebrándose la Feria del Embrujo, que durante el mes de agosto atrae hasta Soportújar a muchos visitantes en una semana festiva justo antes de la fiesta de San Roque, patrón de esta localidad de la Alpujarra.
La fiesta no sería diferente a las muchas que llenan la primavera y el verano en Andalucía si no fuera por ese elemento misterioso y exotérico que envuelve a esta localidad y que, lógicamente, se convierte en el gran protagonista estos días.
Durante estas jornadas se puede ver desde un desfile de demonios o una comitiva de brujas hasta una gran Queimada, realizada por brujos. Hay conciertos, teatro, fuegos, concursos de disfraces en la noche de Brujas -no hace falta decir cuál es el motivo principal del disfraz-, magia y, sobre todo, mucha alegría y fiesta.
Maio Embrujado
Hay una tercera fiesta relacionada con la brujería, la de más reciente creación en Soportújar; y si las anteriores tiene al verano y el otoño como protagonista, ésta se celebra en primavera, a principios de mayo. Posiblemente, la mejor época para visitar esta zona de la Alpujarra de Granada.
Esta fiesta recuerda el origen del mito de las brujas de Soportújar y lo entronca con su origen gallego. Los maios son fiestas típicas del norte de España, que se celebran en torno al 1 de mayo. Tienen un origen pagano, como ritos para conseguir una abundante cosecha y de exaltación a la explosión que la naturaleza experimenta por estas fechas.
Soportújar se ha unido a ella con la celebración de su fiesta el primer fin de semana de mayo, en un día de celebración que culmina con la Batalla de Color y Música que recuerda mucho al Holi hindú y hace las delicias de los presentes.

Que estas fiestas ‘paganas’ hayan tomado la localidad no significa que sean las únicas, pues Soportújar ha sabido mantener sus tradiciones y, en enero, celebra las Fiestas de San Antón, con sus hogueras, en las que se disfrutan los productos de las recientes matanzas -la quema del chisco-, y con el Entierro de la Zorra, una tradición local en la que pasean un muñeco de este animal por la localidad. Y también destacan su Semana Santa o la fiesta del Corpus.
Dónde comer en este pueblo de Granada
Conforme el turismo ha crecido en los últimos años también han abierto establecimientos asociados a él, ya fueran bares, tiendas de regalos (El Hechizo, El Rincón de la Bruja…) y otro tipo de negocios que han ampliado los que ya había.
Actualmente, en Soportújar hay un restaurante, un bar de tapas, una taberna, un bar-cafetería… Un creciente servicio con el que trata de abastecer a la cada vez mayor clientela.
Tal vez el más conocido sea la Taberna Romero, que está en la calle principal justo al lado del Ayuntamiento y de la Plaza de Abastos. Yo sólo puedo hablar de ésta porque fue ahí donde desayuné en Soportújar y tanto el trato como el servicio fueron muy buenos.

Otro buen lugar para tapear es la Taberna del Buda, que está más cerca de la entrada al pueblo; el bar Correíllo, que podrás encontrar cerca de la Escoba Mágica; o Los toneles de la Bruja, junto a la gran serpiente. Y junto a la Fuente del Dragón se encuentra el único restaurante de la localidad y, lógicamente, se llama La Cantina del Dragón. Y también es una tienda.
Aunque todo esto puede cambiar en los próximos años si las visitas siguen creciendo al ritmo que lo están haciendo.
Alojamiento en Soportújar
No es fácil encontrar un lugar para quedarse en este pueblo encantado. Soportújar no era una localidad que trabajara el turismo como sí hacen sus vecinos Pampaneira, Bubión, Capileira, Orjiva… y, en muchas ocasiones, tienes que buscar alojamiento en uno de ellos si quieres disfrutar de la localidad.
No hay demasiados alojamientos, pero, como las meigas, ‘haberlos, haylos’. Todos son apartamentos y casas rurales, que se han ido adaptando con los años. Dentro de la localidad se encuentra el apartamento Correillo, junto al bar del mismo nombre, el apartamento rural La Rubia o, en la entrada, la serie de apartamentos de la calle Carretera que llevan los nombres de Argón- Aire, Niagara-Agua, Beck-Tierra, AltairÉter o la Suite Émber-Fuego.
Fuera de la localidad, en el paraje circundante, también puedes encontrar alojamientos rurales muy bien preparados para pasar unos días en la zona, como El Horno de la Bruja, Los Llanos, el Alpujarra Arena o el Cortijo El Cerezo.
No obstante, las distancias con Pampaneira, Bubión u Orjiva son mínimas y ahí también puedes encontrar más villas turísticas, hoteles o los cámpings de Orjiva y, más lejos, Pitres.
Qué ver cerca de Soportújar
Soportújar ha logrado hacerse un hueco en un recorrido por la Alpujarra central de Granada que muchas veces lo dejaba de lado. La zona donde está enclavado ya solía ser antes la más visitada de la zona y los alicientes que ha añadido esta población no han hecho sino añadir una parada a las que ya había.
Los pueblos más cercanos son Cañar y Carataunas, aunque está a un paso de la capital comarcal, Orjiva (10 km), de Lanjarón (18 km) y, sobre todo, del Barranco de Poqueira, con sus tres conocidos pueblos (Pampaneira, Bubión y Capileira). Del primero de ellos tan sólo le separan cuatro kilómetros.

Lo que antes, en muchas ocasiones, solía ser un plan de un día para conocer estos tres pueblos, ahora se ha añadido Soportújar, incluso a veces por delante de ellos.
Granada capital está a poco más de una hora y Almería o Málaga, dos destinos turísticos muy concurridos en verano, están a menos de dos horas. Esto le ha convertido en uno de los mejores planes de un día para hacer desde cada una de estas capitales y ha atraído mucho turismo a Soportújar.
Proyecto Embrujo, el origen de todo
No es nueva la fama por la que se le conoce a los habitantes de Soportújar como brujos y brujas. Ya tenga más o menos base en la realidad, el boca a boca les dio esa calificación y ellos la aceptaron sin más, aunque, posiblemente, ninguno esperara poder sacarle el partido que hoy día tiene.
Hace tan sólo unos años, a finales de la primera década de este siglo, el Ayuntamiento de la localidad quiso aprovechar esa denominación y comenzó a desarrollar el Proyecto Embrujo. Un plan que ha frenado la despoblación y le ha dado un gran impulso turístico a un pueblo que, pese a tener los mismos encantos que algunos de sus vecinos, no tenía los mismos beneficios.
En esta Tierra de Brujas, las brujas se convirtieron en protagonistas y tomaron Soportújar, así como otros seres ‘maléficos’. Y se crearon fiestas dedicadas a ellas o se adaptaron otras; y ahora atraen a cientos de visitantes.

El resultado es el que todos pueden ver: un pueblo bonito y con un atractivo diferente. En el que, gracias al dinero que ha ido entrando, se han rehabilitado algunas zonas que estaban más deterioradas y que ahora lucen con su mejor aspecto.
Soportújar es uno de los pueblos que mejor ha sabido potenciar estas ventajas turísticas y que mayor repercusión tiene en las redes. Si el boca a boca los hizo brujos, el boca a boca actual (Facebook, Twitter, Instagram…) los ha hecho famosos.
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