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Qué ver en Ribadesella: mucho más que un Descenso de talla mundial

Qué ver en Ribadesella: mucho más que un Descenso de talla mundial
Playa de Santa Marina, acantilados del Infierno, playa de Vega, Cueva del Tito Bustillo... hay mucho que ver en Ribadesella y sus alrededores; y para hacer aparte de su famoso descenso del Sella

¿A quién no le suena Ribadesella? Seguro que alguna vez has visto por televisión, todos los veranos, a miles de piragüistas formando un arcoiris multicolor. Sólo por el Descenso Internacional del Sella ya es conocida, pero es mucho más. Más famosa por su río que por sus playas, por su cueva que por sus acantilados… Ribadesella es una de las ciudades más completas y que más ofrecen al visitante del oriente costero asturiano.

Tanto ella como su concejo albergan playas, cuevas, iglesias románicas, acantilados, aunque sobre todo es conocida por dos motivos: ese Descenso Internacional del Sella que todos los agostos reúne a miles de personas en su entorno y sus marcas del pasado, en la Cueva del Tío Bustillo y en las huellas de dinosaurios que se pueden apreciar al final del paseo de la Playa de Santa Marina y en la vecina Tereñes.

Partida en dos por el río que la hace famosa, bien vale para una visita de un día, de una tarde o el tiempo que haga falta, porque pese a no ser una localidad muy grande, tiene una oferta muy variada para poder disfrutarla.

El puente que corona a los campeones sirve de enlace entre esas dos partes que la componen. Una, situada en el Este y más ‘protegida’ del mar, fue desde donde creció la ciudad en la Edad Media y donde se sitúa el casco histórico, el puerto pesquero y el monte Corberu, que preside la Ermita de Guía. Y la otra, al Oeste del puente, con la Playa de Santa Marina como referente principal, con el puerto deportivo y Cueva del Tío Bustillo.




LO MEJOR: MI TOP 5

Pese a que no es muy grande, sí es muy turística, por su historia y por la variedad de alternativas de ocio que ofrece. Entre ellas hay donde elegir a la hora de visitar y todo depende de lo que cada uno busque. Aunque si tuviera que hacer una selección dentro de la localidad, me quedaría con esto:

Paseo entre ermitas

De la ermita de Santa Ana a la de Guía, por el llamado Camino de Guía, a través del Monte Corberu (también hay otro camino que parte junto a la Torre de la Atalaya). Un paseo, con Ribadesella y sus puertos a tus pies, que acaba en ese punto que domina al completo la ciudad y que corona la Ermita de Guía. Ese mirador que fue fuerte y que tan clave ha sido a lo largo de la historia para el devenir de la ciudad.

La playa de Santa Marina

Los amantes del surf, como en muchas playas del Cantábrico, la tienen señalada en rojo. Sobre todo, porque a los alicientes habituales añaden que cuentan con alojamiento en la misma playa.
Y porque tiene un precioso paseo plagado de antiguos palacios, algunos de ellos hoy hoteles y con el premio final de la Ruta de los Dinosaurios y sus huellas en una zona de incómodo acceso. Es también conocida por acoger carreras de caballos en Semana Santa a lo largo de su kilómetro y medio de extensión o por las leyendas que le acompañan asociadas al contrabando.

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Puesta de sol en la playa de Santa Marina.

Puesta de sol desde el Paseo Princesa Leticia y Marqueses de Argüelles

Aunque en el norte de España no siempre acompaña el tiempo. Con sol, las terrazas y bares frente al puerto pesquero se llenan a última hora de la tarde. Es una bonita forma de despedir el día si te vas a quedar en Ribadesella o en algún lugar cercano.

Como también lo es hacerlo desde la Ermita de Guía, con la espectacular playa de Santa Marina y el monte Somos enfrente.

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Precioso atardecer en el Paseo Princesa Letizia y Marqueses de Argüelles.

Una vuelta por el Casco Histórico

Pequeño, peatonal, fácil de recorrer, monumental e histórico, en el que se pueden apreciar varias casas palacio, la iglesia de Santa María Magdalena, el Ayuntamiento y que acaba en el camino y el mirador a la playa de la Atalaya.

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Casco Antiguo e Iglesia Santa Maria Magdalena.

El Centro de Arte Rupestre y Cuevas Tito Bustillo

No tiene la fama de la de Altamira, pero sí está incluida junto a ésta en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Son una serie de galerías unidas entre sí que en la Prehistoria estuvieron habitadas. Nuestros antepasados dejaron su huella en forma de pinturas de tipo variado, con motivos que van desde animales al sexo. Cuenta con varias salas, entre las que destacan el Camarín de las Vulvas o la Galería de los Caballos. Aunque hayas visto cuevas con representaciones similares no dejarás de asombrarte.

Es aconsejable sacar las entradas con antelación, sobre todo en temporada alta, debido a las restricciones que existen sobre el número de visitantes.



RIBADESELLA, QUÉ VER

La gran ventaja de las localidades de tamaño medio o pequeño es que gran parte de lo que buscas se encuentra relativamente cerca. Es el caso de Ribadesella, que casi todo gira en torno al lugar donde creció y salvo el puerto pesquero, que se puede apreciar desde allí también, el paseo y la Playa de Santa Marina y la Cueva del Tito Bustillo, lo demás está en la orilla oeste. Si preguntas en Turismo, esto es lo que te dirán que puedes ver:

El puente del Sella, que comunica las dos ‘Ribadesellas’ y sirve de meta al Descenso Internacional. Con un viejo hórreo y el puerto deportivo junto a uno de sus extremos y el podio donde se coronan los vencedores en el otro.

Por el Casco Antiguo puedes encontrar, aparte del Ayuntamiento (Palacio de los Pietro Cutre) y la Casa de la Cultura, ambos situados en edificios antiguos, la Casa Blasonada de la Familia Ardines, la Iglesia de Santa María Magdalena, la Casa Palacio de González Prieto -hoy correos-, la Casa del Escudo, la Torre de la Atalaya o la capilla de Santa Ana.

Playa de la Atalaya, situada junto al Casco Antiguo y a la torre del mismo nombre, agreste y coronada con un bonito mirador.

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Esta pequeña playa se encuentra junto a la Torre de la Atalaya.

Puerto Pesquero y Lonja del pescado, frente a la capilla de Santa Ana.

Paseo de la Grúa, por toda la falda del monte Corberu, que va desde casi la Punta del Caballo hasta el puerto pesquero, en paralelo la desembocadura del Sella. Y en el que se pueden apreciar los paneles de Mingote, que narran de forma amena y simpática la historia de la ciudad, el manantial de la Fuentina o la ruta de Mitología Asturiana. Casi al final del mismo, unas escaleras te permiten acceder al mirador de la Ermita de Guía..

Cueva y Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo, con sus pinturas, sus estalagtitas y estalagmitas o su museo.


QUÉ HACER

Aparte de pasear, ver y bañarte, que no es poco, Ribadesella, como casi todo el norte destaca por su gastronomía. Es un buen lugar para probar sus sidras y sus cachopos, aunque donde destaca es en todo lo relacionado con el mar. En el casco histórico y en la zona que da al puerto hay multitud de locales donde elegir.

La playa urbana de Santa Marina tiene añadido el atractivo surf o quedarte en un palacio decimonónico de los que hay a lo largo de su paseo.

Y todo eso sin hablar del descenso del Sella, una de las actividades más demandadas entre los que visitan esta zona, ni tampoco de lo que puedes encontrar en las localidades del alrededor.

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Hotel Villa Rosario. Palacios y hoteles singulares son habituales en la playa de Santa Marina.


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Y cómo no, hay lugares donde inmortalizar tu paso por allí:

Virgen de Guía, es uno de los más concurridos porque se pueden sacar fotos espectaculares de toda la ciudad y, en especial, de la Playa de Santa Marina.

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Ermita de Guía. Desde ella se contempla un panorama espectacular.


Playa de Santa Marina, todo el paseo es muy fotogénico, pero otro de los lugares que más se fotografían está a final del mismo, cerca de la Ruta de los Dinosaurios, ya sea con toda la playa de fondo o con los acantilados, para el otro lado.

Podio de los vencedores del Sella.

Fotos desde alguno de sus montes cercanos, como en el mirador de la Ermita de Guía, las vistas desde las alturas de Ribadesella son espectaculares.


DATOS PRÁCTICOS:

Ribadesella es una localidad muy concurrida -especialmente en agosto-, conocida, completa y, por si fuera poco, por allí pasa la ruta del Norte del Camino de Santiago. Lógicamente eso la hace una de las más turísticas de la costa este asturiana.

Cómo llegar: Está a 62 kilómetros de Gijón, 65 de Oviedo, 71 de Santander. Con todos ellos hay conexiones regulares de autobús.

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Cartel de bienvenida, junto a un hórreo, otra de las atracciones.

Oficina de Turismo de Ribadesella: Está frente al casco histórico, muy cerca del Puente del Sella. En el Paseo Princesa Letizia. De visita obligada si no llevas preparada la visita o quieres más detalles sobre algún aspecto. La atención es excelente y tiene un amplio horario, aunque conviene consultarlo.

Mejor época para ir: Si quieres aprovechar al máximo todo lo que ofrece (descenso del Sella, playa…), lo lógico es el verano, aunque también es cuando está más concurrido. Y si coincide con el Descenso Internacional… está lleno.

Alojamientos: Al ser una zona muy turística tiene para todos los gustos, desde albergues, pensiones, pisos turísticos y casas particulares hasta hoteles-palacio. El camping de Ribadesella es de primera categoría y ése habría que añadir en de la Playa de la Vega y el de Playa Sauces, muy cercano al primero.

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La playa de Santa Marina, poco después de amanecer.


QUÉ VER CERCA DE RIBADESELLA (A MENOS DE 15 KILÓMETROS)

El que va de paso a conocerla o el que simplemente quiere disfrutar las últimas horas del día allí le interesará lo que hay cerca, aunque si quiere verlo todo tiene para varios días.

Si busca aventura, lo más llamativo es el propio descenso del Sella, desde Arriondas -hay muchas empresas que te facilitan el trayecto y también, varias distancias. Se puede hacer desde el inicio de marzo hasta el mes de noviembre.

La Cuevona de Ardines, a la que se puede acceder con la entrada al Centro de Arte Rupestre y cueva de Tito Bustillo, pero es aconsejable llegar pronto porque los accesos se adjudican por orden de llegada hasta completar las plazas y las visitas están limitadas a 20 participantes por pase.

Tereñes y su costa jurásica, a apenas de 2 kilómetros de la ciudad, se pueden apreciar huellas de dinosaurios y bonitos acantilados.

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Los acantilados de Tereñes albergan huellas de dinosaurios.


La Cuevona de Cuevas, espectacular paso de unos 250 metros lleno de estalactitas.

Los Acantilados del Infierno, al este de la ciudad entre los acantilados y la playa de Arra y la playa Tomasón.

Al Este está Cuerres y su puente medieval, que atraviesa el Camino de Santiago, como también San Esteban y San Pedro de Leces, pero ya al Oeste de la ciudad.

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Puente medieval de Cuerres, junto al que pasa el Camino del Norte.


O sus playas, la de Guadamía al Este, muy cerca de otro punto de obligada visita, los Bufones de Pría, y la de Arra. La preciosa playa de Vega y Berbes, monumento natural, junto a la bella aldea de La Vega, con sus casa tradicionales, horreos y ‘grafittis’. O ya en el concejo de Llanes, la curiosa playa ‘interior’ de Gulpiyuri y la de Cuevas del Mar.

Y más lejos, al Este está Llanes (a 31 km); al Oeste, Colunga (25) o Lastres (29); para el interior el Mirador del Fitu (26) o la antigua capital astur, Cangas de Onís (25)…

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La playa de Vega, una de las mejores que podrás encontrar junto a Ribadesella.


Si vas a Ribadesella, busca bien porque seguro que hay más. O, al menos, espero que te valga todo lo que aquí he tratado de poner y aproveches lo mucho que tiene. Para eso está.
¿Estás pensando en ir?



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