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Cómo elegir tu esterilla, aislante o colchoneta para acampar o hacer vivac

Cómo elegir tu esterilla, aislante o colchoneta para acampar o hacer vivac
Esterilla para acampada, estera de camping, colchoneta para dormir en el suelo, aislante para acampada... reciben muchos nombres, a veces en función de su diferente modelo, pero sin tener la atención del saco de dormir o de la tienda de campaña, resultan claves a la hora de acampar o, especialmente, hacer vivac

Tienda de campaña, saco de dormir y… aislante. Tal vez sea el menos llamativo y al que menos tiempo dedicamos, pero la más conocida como esterilla o estera cumple una función esencial para asegurar el descanso en una acampada. Y que en el caso de hacer vivac y no utilizarla dentro de una tienda, la decisión puede ser tan importante con la del propio saco para poder dormir bien.

La elección, como en los dos anteriores casos señalados, también tiene ciertas variables que dependerán de para qué las necesitamos, de si vamos a cargar con ella a cuestas, si vamos con bici o podemos transportarla en un vehículo, si va a usarse dentro de una tienda, al aire libre, en terreno irregular o en camping, etc. En función de eso habrá que ver el peso, el tamaño o el material con el que está hecho.

El objetivo final es, como hemos dicho, descansar. Sin embargo, la función concreta de este elemento, aparte de aislarnos del frío y de la humedad que transmite el suelo, está en aumentar nuestra comodidad y proporcionarnos una superficie cómoda donde dormir.

También, en el caso de dormir directamente en el suelo, ayuda en el secado del saco de dormir, ya que lo aísla de la humedad y eso nos permite aligerar a la hora de partir (hay que recordar que no se debe guardar el saco húmedo).

Las hay que van desde simples aislantes sin ningún espesor hasta ‘colchones’ tan grandes como los de casa. Y han evolucionado mucho en los últimos años.

Hay que tener en cuenta varios factores a la hora de decidirnos por una de ellas, con una combinación de confort, comodidad, peso, aislamiento o precio que fluctuará entre una y otra y que determinará nuestra elección.

Tipo de aislante

Es el elemento decisivo que, en su mayor parte, va a determinar que nos decantemos por un aislante u otro. Ahora mismo vamos a encontrar tres modelos en el mercado.

  • De Espuma: Con matices, son las esterillas que siempre hemos conocido para hacer yoga o usar en los gimnasios. Son las más baratas y, habitualmente, las más ligeras, pero también las que más espacio ocupan. Pese a ello son las más comunes por su durabilidad y porque permiten una menor falta de mantenimiento. No las aconsejan para frío extremo, pues al no haber aire -que es el mejor aislante- son las que menos aíslan del frío que transmite el suelo.
    Suelen ser de un termoplástico llamado EVA o de Polietileno y de un espesor de entre 0,5 y 2 centímetros -las hay incluso más-. Cuanto menos espesor suelen pesar menos y también son más baratas, pero también aíslan menos y ofrecen menos comodidad, entre otros motivos, porque absorben menos las imperfecciones del terreno.
    Las conocidas como de huevera aíslan más que las simplemente rugosas. Al ser las más anchas deberás llevarlas por regla general, fuera de la mochila. En este sentido las encontrarás en modelo tubular -enrolladas- o tipo acordeón.
  • Hinchables: Para que te hagas una idea viene a ser como la colchoneta que hemos usado siempre para jugar en la playa o la piscina. De hecho, algunas son eso mismo. Y así se les llama a veces: colchoneta para dormir en el suelo, en el piso…
    Por eso, hay que inflarlas -algunas ya vienen con un sistema de inflado fácil y hay motores de poco más de 50 gramos-. Y se pinchan, aunque también suelen venir acompañadas de parches.
    A su favor: son las que más aíslan por el aire que hay en medio y con los materiales que actualmente se usan, las hay que pesan muy poco. Y lo mejor es que son las que menos suelen ocupar y se pueden guardar fácilmente dentro de la mochila.
    Se hacen de fibra (nylon, polyester, licra…) y su grosor va de los cinco centímetros a los más de 20 -un auténtico colchón-. Lógicamente, de él y del material con el que estén hechas depende también su peso.
    Hay que estar atentos para ver si tienen aislante o no. De ello dependerá que sean más vulnerables a un pinchazo. Pese a ello, no se recomienda su uso en vivacs, en contacto directo con el suelo. En ese caso, lo mejor es combinarlas con otro aislante de espuma.
  • Autohinchables: Es algo intermedio entre las de espuma y las hinchables. En cuanto a grosor suelen estar en lo ‘mínimo’ de las hinchables, entre 4 y 7 cm, son menos cómodas que éstas y, salvo excepciones, tienen un peso superior a las dos anteriores. Y además, pierden facultades con el tiempo con respecto a su ‘autohinchado’.
    Para los que piensen que es como las hinchables pero con un sistema para llenarse de aire hay que aclarar que no; que se trata de una estructura de celdas que se contraen y expanden, llenando a través de una válvula de aire el interior.
    A su favor: que ocupan también poco espacio -por lo que también se pueden llevar en la mochila- y suelen ser más baratas que las hinchables. El material en el que se fabrican suele ser fibra, polyester o poliuretano.

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Amanecer en la montaña. (Foto: freepik)


Forma y dimensiones (extendida y plegada)

Es la segunda característica en que nos fijamos. Y no tanto por su forma extendida, donde como los sacos de dormir las podemos encontrar de tipo momia, más estrechas por los pies, o rectangulares, con mayor o menos amplitud.

Sobre todo nos fijamos en sus dimensiones plegadas.

En cuanto al tamaño extendidas, hay poco que decir. Lógicamente, hay que buscar una esterilla con una longitud apropiada a nuestro tamaño para no dormir con parte de nuestro cuerpo fuera de la misma.

Ya plegada es otra historia y, como vimos antes, dependerá en gran parte del tipo de esterilla que nos compremos. Pues las de espuma, por su anchura, difícilmente las vamos a poder llevar dentro de la mochila. Y las hay hinchables que apenas son un paquete pequeño.

Y, lógicamente, hay algunas que, por su peso y tamaño, difícilmente las vamos a poder llevar a cuestas y están ‘reservadas’ para los que viajan con vehículo y las transportan ahí. En este caso, el peso y el tamaño será posiblemente lo que menos les importe.

Sobre la forma, aparte de lo mencionado anteriormente, también hay esterillas y colchonetas específicas para mujeres, más estrechas en los hombros y más anchas en las caderas.



Peso de la esterilla

Es la tercera ‘pata’ de este puzle y que puede ser decisivo en trayectos de montaña o de senderismo si tienes que llevar todo el material a cuestas y ya cargas con mochila, tienda o carpa, saco… Como ya se ha avanzado, por regla general, las autohinchables serán las más pesadas y las de espumas las más livianas.

No obstante, todo ello es matizable, pues con los materiales que hay hoy día todo se relativiza y hay colchonetas hinchables e, incluso, autohinchables que pesan muy poco. El precio y la calidad de los materiales tendrán ahí mucho que decir.


El Valor R

Hay un valor que siempre vendrá especificado en la esterilla o colchoneta y que debes tener muy en cuenta a la hora de comprarla, ya que determina su capacidad de aislar y resistir la circulación de calor. Se trata del llamado valor R.

Habitualmente, lo vas a encontrar calificado de 1 a 5, de menor a mayor aislamiento. Por lo que cuanto mayor sea, menos calor perderemos.

Los hay que lo califican por temporadas, como sacos y tiendas, siendo el R1 válido para el verano y temperaturas altas y el R5 para situaciones de frío extremo.

Por regla general, con aislantes de entre 2 y 3 R podemos valernos en la mayoría de las situaciones. Y el R4 se considera ‘caliente’, para temperaturas frías, pero no extremas.

También a mayor número, más material y, normalmente, más peso. Y si es mejor material, tal vez no tenga tanto, peso pero sí más precio. Como en los casos anteriores, tendrás que combinar los factores.

Habrá ‘colchones’ hinchables que pueden tener hasta un valor R-15, aunque eso son las excepciones.

Expesor del aislante

Un caso similar a los dos anteriores y que influirá en el peso y, sobre todo, en el confort. Hay aislantes de espuma que apenas tienen grosor y que, por tanto, ni aíslan lo suficiente ni permiten absorber las molestias que nos producen las ramas, piedras y demás deformaciones que pueda tener el terreno. Y otros que, inflados, son tan cómodos como un colchón.

También a igualdad de condiciones, los de espuma son los más finos y los hinchables los que pueden alcanzar mayor grosor.

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La esterilla tiene muchos usos. (Foto: Pixabay )


Marca y precio de la estera

Hay mucha variedad de marcas, entre ellas casi todas las que aparecen en los sacos de dormir; pues también sacan a la venta aislantes para estos mismos sacos. Sea To Summit, Softee, Therm-a-Rest, Black Canyon, AGM, Laluztop… por nombrar algunas.

No es seguramente en lo que te vas a fijar. Sí lo harás en todo lo anterior (material, dimensiones, peso…) y en el precio.

Se pueden encontrar esterillas muy válidas por muy poco dinero, pero si buscas ya una calidad superior, con poco peso, que ocupe poco espacio y demás, a día de hoy están entre los 50 y los 100 euros; y más cerca de esto último.

Que esto sea sólo orientativo, porque este mercado, como todo, se mueve muy rápido, los materiales evolucionan y lo que un año es muy bueno al siguiente se ve superado.


Dos factores que te sonarán

Aparte del valor R, hay unas especificaciones que vas a ver indicadas a la hora de comprar una esterilla y que vamos a encontrar especialmente en los sacos de dormir, pero también en las tiendas y que tienen que ver con la calidad de la fibra con la que habitualmente están hechos. Se trata de los Deniers y de los Thread Count (TC). Los primeros (D500, D400…) marcan la masa en gramos por cada 9.000 metros de fibra y los segundos el espesor del tejido. A mayor número, más calidad, peso, etc.


Resumiendo…

Pese a los matices que los materiales actuales ofrecen e igualan algunas diferencias, podríamos sintetizar que:

  • Las colchonetas hinchables son las más cómodas y las que más aíslan.
  • Las de espuma son las más resistentes.
  • Éstas también son las que menos pesan; y las autohinchables, las que más.
  • Hinchables y autohinchables son las que menos ocupan y pueden llevarse fácilmente dentro de la mochila. Las de espuma, normalmente, se llevan fuera.
  • Por precio: espuma, autohinchables e hinchables sería el orden de más barata a más cara (como todo, hay excepciones).
  • Por materiales, el mejor es el polipropileno, seguido del polyester y del nylon. El primero no absorbe nada de agua y, por tanto, se seca más rápido que los otros. Aunque también es menos maleable…
  • Y es importante que tenga adherencia. Si es de espuma, mejor las de ‘caja de huevos’.


Para el que tenga curiosidad, la que uso habitualmente es ‘de espuma’, ya con algunos años y a la que superan en todo las que fabrican hoy día. Incluso a veces he usado un parasol metalizado que tenía en el coche…. Por fortuna, en el sur no se tiene habitualmente unas exigencias climáticas extremas.


Cuéntame cuál prefieres tú.

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