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Qué ver en Zagreb, Croacia, en un día (y medio): una capital que te sorprenderá

Qué ver en Zagreb, Croacia, en un día (y medio): una capital que te sorprenderá
También conocida como la 'pequeña Viena', Zagreb es una ciudad asequible para ver en uno o dos días, aunque tiene museos y atracciones para retenerte una temporada bastante más larga

Ver Zagreb no suele estar entre las prioridades a la hora de elaborar una ruta por Croacia. Y eso que es la capital del país. El hecho de contar con ciudades tan famosas como Zadar o Dubrovnik, islas paradiasíacas, enclaves tan espectaculares como los que hay en la península de Istria, encabezados por Rovinj o Pula… Y también porque Zagreb tal vez esté un poco apartada de toda esa ruta costera. Todo ello hace que su nombre esté relegado con respecto a otras.

De hecho, muchos de los que la visitan lo hacen como lugar de paso o de entrada por su aeropuerto- hacia la costa o hacia los Lagos de Plitvice, pero es una ciudad que merece una parada, aunque sólo sea para saber el país que vas a visitar.

Es una capital de un tamaño muy accesible y eso que alberga casi la cuarta parte de los habitantes del país, unos 800.000. Y cuyo centro histórico está muy concentrado, como corresponde a su pasado medieval.

A diferencia de esas ciudades costeras a las que antes hacía referencia, no puede ocultar su influencia centroeuropea y del Imperio Austrohúngaro, pues no hay más que recorrer un poco su parte baja para disfrutar de edificios decimonónicos que bien podrían estar en Viena o en Budapest.

A eso podría añadir que es una ciudad muy limpia, sostenible y accesible -o al menos así me lo pareció- y que, siendo la capital, como es lógico, está muy bien comunicada con el resto del país.

Por eso mismo, habría que incluirla en cualquier recorrido por Croacia. Aparte de que puede ser un buen lugar de entrada y salida si llegas en avión, hay que añadir que todos los caminos conducen a ella. Y además, porque sus precios son inferiores a las de la mayor parte de las ciudades turísticas de la costa.

Zagreb una ciudad que se puede ver en un día sin problema y más a fondo en día y medio, que fue lo que yo pasé, ya que la visité en 2021 antes de seguir viaje hasta Eslovenia. Si tienes pensado pasar tus vacaciones en Croacia o ya tienes apuntada la opción de conocer Zagreb, tal vez te pueda ayudar este post.

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La catedral de San Esteban o de la Asunción, de Zagreb.



Qué ver, consejos para visitar Zagreb en uno o dos días

Como todas las ciudades con un pasado medieval, Zagreb también se podría dividir entre su casco histórico y su parte moderna. Aunque aquí se le llama Ciudad Alta y Ciudad Baja. Y la explicación es lógica. La Zagreb medieval creció a partir de dos poblaciones que se asentaban en dos colinas, Gradec y Kaptol, rivales en su día. Las necesidades defensivas de la época obligaban a ello. Hoy, albergan algunos de los edificios más representativos de la capital y también de Croacia, no en vano, allí está el Parlamento, la presidencia y, posiblemente, una de las imágenes más conocidas del país, la Iglesia de San Marcos y su reconocible tejado.

La Ciudad Baja, aparte de modernidad, jardines, vías anchas y todo lo que las ciudades modernas albergan, también desvela esa pertenencia centroeuropea que, con palacios y grandes construcciones decimonónicas, recuerda a las grandes capitales de esa época.

Si quieres conocer Zagreb a fondo, un día será muy poco. Aunque sí te permitirá recorrer, disfrutar y ver la Ciudad Alta y todo lo que rodea a la Plaza de ban Josip Jelacic, el punto neurálgico de la capital croata. En día y medio -que es lo que estuve yo- sí te permite hacer otras cosas o, incluso, conocerla entera si vas muy rápido y no te recreas en alguno de sus museos. Dos días, en mi opinión, es perfecto.

Como dije, yo estuve día y medio y salvo un par de cosas, me lo recorrí todo, desayuné en el mercado junto a algunas de las personas que atendían los puestos, almorcé en la zona nueva cercana a la plaza antes mencionada, cené en la concurrida y conocida calle Tkalciceva, me monté en su bonito tranvía y fui a alguna zona más alejada del centro… Es una ciudad muy manejable, con un casco histórico recogido y en el que la mayoría de lo que se suele visitar no está muy alejado entre sí.

Cierto que, para ser un apasionado del deporte, me faltó el Centro de Baloncesto Drazen Petrovic, uno de los santuarios del baloncesto mundial -tampoco estuve en el Museo que Drazen Petrocic que está junto a él-. Y el estadio Maksimir, aunque pude ‘sentirlo’. No en vano, la tarde que llegué jugaba el Dinamo Zagreb y sus aficionados se dejan notar desde lejos. Sí pude sorprenderme con el Arena de Zagreb, aunque fuera desde la distancia.

Las guías te dicen que la Ciudad Alta es medieval y la Baja, austriaca. Y parece lógico si se tiene en cuenta como se desarrolló la capital croata, pero ambas forman un conjunto que hacen de Zagreb la bonita ciudad que hoy es.



Recorrido por la Ciudad Alta

Para entender un poco lo que te vas a encontrar en la Ciudad Alta tal vez sea necesario ahondar un poco más, aunque sea resumido, en la historia de Zagreb.

La ciudad original se forma a partir de dos asentamientos cercanos que se crean en las colinas de Gradec y Kaptol. Según la tradición, en la primera se asientan los comerciantes y artesanos y en la segunda la iglesia y la elite política. Lejos de ser bien avenidas, ambas comunidades se enfrentaron durante siglos hasta el punto de que el puente que las unía, y por el que se cruzaba el arroyo Medvescak, era popularmente conocido como Krvavi most o puente sangriento (aunque nadie ha podido demostrar que allí muriera alguien). Una calle que une las populares Tkalciceva y Radiceva recuerda su emplazamiento.

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Vista de la colina de Kaptol desde Gradec.

Las diferencias se fueron solucionando tras la Edad Media ante una amenaza mayor llegada del exterior, los otomanos. Ambas comunidades irían solventando sus problemas hasta, ya en el siglo XIX, unirse en una misma entidad, lo que hoy es Zagreb. El terreno que ocuparon ambas poblaciones y la franja intermedia es lo que hoy se conoce como Ciudad Alta de Zagreb.

Empezamos el recorrido de esta Ciudad Alta en lo que aún sigue siendo la colina de Kaptol, aunque ya sea difícil identificarla como tal. Y pasaremos por diez puntos que, desmenuzados, podrían dar lugar a muchos más, dada la cantidad de lugares históricos, palacios e iglesias que hay para ver en esta parte de Zagreb.


Catedral de Zagreb

Situada en lo que era la colina de Kaptol, centro religioso de Zagreb, la catedral es relativamente moderna, del siglo XIX, y suele ser el punto de partida de muchos tours, pues está junto al mercado de Dolac y muy cerca de la plaza de ban Josip Jelacic. De hecho, frente a la catedral, en la Plaza Kaptol, podrás encontrar algún guía turístico que se ofrezca a mostrarte la ciudad, entre ellos algunos que lo hacen en español.

La catedral de Zagreb (también la oirás nombrar como de San Esteban o de la Asunción) está construida en el lugar donde se erigió, primero, una iglesia románica y, luego, una gótica. Las vicisitudes de la historia hicieron que éstas no llegaran a nuestros días, ya fuera por causas naturales (terremotos) o por la mano del hombre (la incursión en Europa que hizo el estratega mongol Subotai en el siglo XIII). Su posición sobresale en la ciudad y sus altas torres de más de cien metros se dejan ver.

Si vas en horario de culto o a la hora en que se permite entrar, merece la pena visitarla por dentro, aunque sólo con darle una vuelta y ver los restos que acumula a su alrededor, ya te haces una idea de toda la historia que acumula esta zona de la ciudad. Las fotos desde a plaza Kaptol o de la propia plaza están entre las más reconocibles de la capital de Croacia.


Murallas de Kaptol

Las sitúo en este orden no tanto por su importancia o porque destaquen mucho, sino porque rodean a la catedral y aquí se trata de hacer un recorrido lógico que bien podría seguir cualquier tour turístico por Zagreb (yo no lo hice, aclaro).

Si te das una vuelta alrededor de la catedral de Zagreb podrás ver aún restos de estas murallas con las que se protegió la ciudad en el Renacimiento ante el avance otomano. Lo más llamativo tal vez sea la torre redonda que se puede ver junto al recinto eclesiástico. Todo forma parte de esas antiguas murallas que cercaban la colina de Kaptol.

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Murallas de Zagreb, junto a la catedral.


Mercado de Dolac

En realidad no tendría por qué destacarse con respecto a otros mercados al aire libre que puedas conocer, pero su visita es obligada. Se sitúa entre la plaza de ban Josip Jelacic y la catedral de Zagreb y abre todos los días, incluso los domingos. Podría decirse que es el punto de unión entre las dos colinas que formaron la ciudad medieval o Ciudad Alta (Gornji Grad)

Allí puedes encontrar de todo, desde comida hasta productos tradicionales y souvenirs. Aunque lo más interesante es conocer el propio mercado y todo lo que le rodea. Está cercado por cafeterías, bares, restaurantes… Entre sus soportales pude ver una preciosa librería y, como señalé, desayuné en una de sus pequeñas cafeterías, donde se sentaban a la mesa por grupos, al aire libre, numerosos parroquianos y trabajadores del propio mercado.

Tiene también tiene una sección que es un Mercado de Flores Una imagen muy característica son las vistas desde arriba, como un mar de sombrillas, o desde un lado con la cercana Iglesia de Santa María de fondo.

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Marcado de Dolac, con la Iglesia de Santa María de fondo.


La calle Tkalciceva o Ivana Tkalcica

Junto a esta plaza parte la calle más conocida de Zagreb. Aunque habitualmente se nombra por el primer nombre, la verás rotulada con el segundo. No hará falta que la busques mucho porque junto a la plaza de ban Josip Jelacic, de la que parte, es el lugar más concurrido de la ciudad. Y también donde más turistas vas a encontrar.

No tanto por lo que hay que visitar, aunque es una calle peculiar, sino por lo que contiene. Está llena de bares, pubs, restaurantes, tiendas y todo tipo de lugares de ocio. A todas horas del día está muy concurrida y puedes encontrar todo tipo de gastronomía, tanto local como de cualquier otro lugar del mundo.

Aparte de todo ello, se trata de una calle histórica. Está junto al mercado de Dolac y conecta las dos colinas tantas veces mencionadas que forman la Ciudad Alta de Zagreb. En lo que hoy es la calle bajaba el arroyo Medvescak, que separaba las dos colinas -hoy soterrado- y que acababa en la fuente de Mandusevac, en la plaza Ban Jelacic.

Los edificios que albergan todas estas tiendas y lugares de ocio son, por lo general, antiguas casas y palacios restaurados de los siglos XVIII y XIX. Y desde ella se puede acceder a la antes mencionada Iglesia de Santa María.

Allí veras también la estatua de una mujer. Se trata de la escritora croata Marija Juric Zagorka.

Como curiosidad, desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial se le conocía como la calle de la luz roja, ya que era la famosa calle de los burdeles.


La calle Radiceva y la Puerta de Piedra

Si Mercado de Dolac y calle Tkalciceva son el punto de ‘unión’ entre las dos colinas, la siguiente que hay paralela, la calle Radiceva, sirve de entrada a Gradec (o Gric).

Se trata de otra calle comercial, llena de pequeñas tiendas y de casas señoriales, pero que es más conocida por ser la calle de acceso a la famosa Puerta de Piedra. A ella se llega después de alcanzar una estatua de San Jorge, de hacer un pequeño giro y de subir una cuesta.

La Puerta de Piedra es la única puerta de las murallas de Zagreb que pervive. En este caso, de las murallas que rodeaban Gradec. Se trata de una puerta en curva que cuenta con una pequeña capilla dedicada a la Virgen, muy venerada y concurrida en todo momento. En el poco espacio que deja el carril de acceso hay unos bancos en el que se sientan los devotos; también verás el muro lleno de azulejos grabados con mensajes para la virgen. Se la considera milagrosa, ya que logró salvarse de un incendio que asoló la zona en el año 1731.

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Capilla de la Puerta de Piedra, siempre muy concurrida.

Otra curiosidad que apreciarás es la presencia junto a la puerta de la estatua de una joven, incrustada en una hornacina. Está dedicada a Dora Krupiceva, la protagonista femenina de la famosa novela histórica ‘Zlatarevo zlato’ (El Oro del Orfebre), escrita por el escritor croata, August Senoa, y que narra la historia de Zagreb. Krupiceva era la hija de la persona encargada de abrir y custodiar esta puerta en la novela.

Y hasta hay una sorpresa más. Poco después de cruzar la puerta puedes encontrar la farmacia más antigua de Croacia. Fue fundada por Niccolo Alighieri, nieto de Dante -autor de la Divina Comedia-, en el siglo XIV. Hay una inscripción que te lo recuerda.

Lógicamente, una puerta tiene dos lados y también se puede acceder a ella por el otro y verla como salida de la visita de Gradec.


Plaza de San Marcos: Iglesia de San Marcos, el Palacio del Gobierno, el Parlamento…

Si sigues el recorrido más habitual, tras pasar la puerta llegas a esas pocas calles que componen Gradec y en las que se agolpan un gran número de lugares históricos y/o puntos de referencia de la capital de Croacia.

De hecho, si subes directamente esa calle que parte o llega a la puerta, alcanzas la principal referencia de Zagreb y, tal vez, de toda Croacia: la plaza de San Marcos.

Allí, lo primero que te llamará la atención es la Iglesia de San Marcos, uno de los puntos imprescindibles que ver en Zagreb. El colorido techado de esta iglesia te sonará haberlo visto en alguna ocasión anterior. Dos escudos presiden este tejado: uno es el del Reino Tripartito de Dalmacia, Croacia y Eslavonia y el otro, el de Zagreb. La iglesia es del siglo XII o XIII y presidía Gradec, en contraposición a la otra iglesia, ahora catedral, que había en Kaptol.

Aunque la imagen es muy conocida y representativa, no digo que es el principal punto de Croacia por eso sino también por otros dos edificios que también están situados en esta plaza. Uno es el Sabor y el otro el Palacio del Ban. El primero no es otra cosa que el Parlamento de Croacia, que cuenta con más de cien años de historia; y el segundo, justo enfrente, es la sede del gobierno nacional. También residen ahí otros dos edificios muy destacados en el país y la ciudad, la sede del Tribunal Constitucional de Croacia y antiguo Ayuntamiento de Zagreb.

En medio de todos ellos sobresale la Iglesia de San Marcos, como punto neurálgico de la capital croata. Aunque a día de hoy, toda la vida se desarrolle desde otro sitio, la tantas veces nombrada plaza de ban Josip Jelacic.

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Iglesia y plaza de San Marcos.


Calle Opaticka, Museo de Zagreb y Torre del Cura

Como decía, una vez que pases la Puerta de Piedra te habrás metido de lleno en la historia de la ciudad. Si en lugar de seguir la calle recta para llegar a la Plaza de San Marcos, prefieres torcer a la derecha, entras en la calle Opaticka.

Allí, aparte de palacios históricos y casas señoriales, podrás visitar el Instituto Croata de Historia; el Museo de Zagreb, en un edificio del siglo XVI que fue el antiguo Convento de las Clarisas; o el Popov toranj o Torre del Cura, una fortaleza antigua que se sitúa en lo que era el punto más alto de la colina, construida en el siglo XIII, tras la destrucción mongola, como última defensa de la ciudad y que ahora es el Observatorio de Zagreb. La gente la llamaba la Torre del Cura porque era la propiedad del obispo de la ciudad.


Iglesia Jesuita de Santa Caterina, Museo de las Relaciones Rotas y Museo Croata de Arte Naif

Si en lugar de la derecha, partiendo desde la puerta, caminamos hacia la izquierda llegarás a otro de los referentes de este casco histórico, la Iglesia jesuita de Santa Caterina, un edificio barroco de la primera mitad del siglo XVII; o al Palacio Dverce (anteriormente Palacio Buratti), típico lugar de celebraciones de la ciudad.

Y de ahí, al Museo de las Relaciones Rotas. Entre los museos que encontramos en esta zona destaco éste por la originalidad de su contenido. En él se pueden encontrar decenas de artículos cotidianos, recuerdos, objetos… relacionados con el amor y con rupturas emotivas y/o dolorosas.

No es el único museo que te vas a encontrar ahí, pues cerca está el Museo de Historia; justo casi enfrente está el Museo Croata de Arte Naif -una de las mejores colecciones del mundo de esta corriente-; entre medias, la Concatedral de los Santos Cirilo y Metodio

Estos palacios, iglesias o museos son sólo algunos de los muchos que puedes ver en esta zona de Zagreb. Y eso que son ‘cuatro’ calles y unos centenares de metros, el espacio que podía ocupar cualquier ciudad medieval situada en una colina defensiva.


Torre de Lotrscak (Torre de los Ladrones)

A apenas unos metros del Museo de las Relaciones Rotas se encuentra uno de los principales monumentos de Zagreb: la Torre de Lotrscak.

Se trata de un torreón defensivo medieval desde el que se dominaba otra parte de la colina de Gradec -la puerta Sur- y que hoy, posiblemente, sea el mejor mirador de la ciudad. Su vista panorámica te permite observar la ciudad alta que preside, con el cercano tejado de la Iglesia de San Marcos, y ver toda la Ciudad Baja de Zagreb a sus pies.

La campana fue sustituida por un cañón -que lleva el nombre de este antiguo asentamiento, el famoso cañón Gric- y que se dispara todos los días al mediodía desde finales del siglo XIX.

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Torre de Lotrscak, un lugar imprescindible que ver en Zagreb.


Paseo Strossmayer y Parque Bela IV

Para completar el paseo por la Ciudad Alta de Zagreb y partiendo desde la Torre de Lotrscak se puede ‘bajar’ por el Paseo Strossmayer, un bonito lugar que bordea por el Parque Bela IV, muy tranquilo y desde el que se puede observar también la ciudad desde sus diferentes miradores si no se quiere subir a lo alto de la torre.

Es una zona relajante dentro de lo intrincado que es el casco histórico, llena de bancos en los que descansar y mirar al horizonte.

Para descansar y relajarse también está el pequeño Parque Bela IV, que recibe el nombre del rey croata-húngaro que convirtió Zagreb en una ciudad real libre. Está ‘custodiado’ por el palacio de Ludovik Jelacic, ahora sede del Instituto Hidrometeorológico Estatal.



Túnel de Gric y el Funicular más pequeño del mundo

Teóricamente, la Ciudad Alta y Baja están claramente separadas por la calle Ilica, la calle comercial por antonomasia de Zagreb, una de las más largas de la ciudad y que parte desde la Plaza ban Jelacic. Se trata de una calle comercial, con hoteles, tiendas, restaurantes, enormes edificios, muy amplia y que está conectada por el tranvía, algo que obviamente no llega a la Ciudad Alta.

Sin embargo, la realidad es que, en una ciudad tan grande con respecto a lo que fue su casco antiguo, se suele difuminar esa separación y las diferentes alturas, patentes en el pasado, entre la Ciudad Alta y la Baja. Pero hay dos casos que sí te pueden hacer diferenciar, sirven de nexo de unión y te hacen pasar de una a otra. Ambos parten de esta calle Ilica. Uno es su curioso Funicular y el otro, los túneles de Gric o Gradec.

En cuanto al Funicular, podría tener poca explicación. Es un pequeño tren que te hace salvar la altura entre la calle Ilica y la Torre de Lotrscak, junto a la que va a parar. Lo curioso es que la distancia que salva no es importante, su trayecto dura tan solo un minuto y asciende 66 metros. Pero es el transporte más antiguo de Zagreb y un monumento cultural protegido. Se le conoce como Vieja Dama y en él puedes experimentar el que anuncian como «el paseo más corto del mundo». Aunque pudiera parecer increíble, miles de pasajeros lo usan a diario.

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Túnel de Gric. Unen la Ciudad Alta y la Baja.

Por otro lado están el túnel de Gric o, más bien, los túneles, porque son varios conectados. Antes de llegar a Zagreb no había leído nada sobre ellos y por eso me sorprendió su indicación cuando paseaba por la calle Ilica. Sobre todo, porque parecía indicar a una pequeña calle sin salida donde no había más que un cafe. ‘Camuflado’ en un lado está una de las entradas. Luego pude comprobar tiene varias, unas más visibles que otras.

El túnel se construyó como refugio antiaéreo para la Segunda Guerra Mundial y quedó en desuso hasta que en 2016 se abrió al público como lugar de paso. Tiene varias aberturas y te lleva a diferentes partes. De hecho, una sale en la calle Radiceva, por la que se accede a la Puerta de Piedra; otra cerca del arranque del Paseo Strossmayer… En él se celebran exposiciones y eventos y está previsto que se convierta en un museo. De momento, es una atracción turística más, pero también un enlace que se utiliza para pasar de la Ciudad Alta a la Baja.


Recorrido por la Ciudad Baja

La Ciudad Baja tiene un punto clave del que ya se ha hablado mucho, la plaza de ban Josip Jelacic. Y se ha hablado porque desde ella se puede acceder al Mercado de Dolac, porque está a un paso de la Catedral de Zagreb, o porque a ella llega la conocida calle Tkalciceva, parte de ahí la larga calle Ilica, etc. Básicamente, porque es el punto neurálgico de la ciudad.

Está rodeada por la zona comercial de la ciudad, una zona que, como ya dijimos con la calle Ilica, está llena de tiendas, centros comerciales, restaurantes de todo tipo, etc.

Esa zona fue la de expansión de Zagreb desde el Siglo XIX y, por ello, también está llena de grandes edificios decimonónicos que han hecho llamar a la capital croata como la ‘pequeña Viena’.

Aunque los hay dispersos, este paseo por la Ciudad Baja nos va a llevar a lo que se pueden encontrar frente a la Plaza de ban Jelacic y a dos grandes avenidas, con parques y jardines en medio. Una llega hasta la estación de tren, la otra, hasta el Jardín Botánico. Y ese cuadrado -en realidad siete cuadrados y parques- se le conoce como la ‘Herradura Verde de Lenuci’, aunque no se cierra completamente. En ella, aparte de zonas verdes, encontramos edificios esplendorosos y más museos. Se trata de una zona para pasearla -y para relajarse-, que merece casi tanto la pena como la Ciudad Alta, aunque no tenga tanta historia.

Si vas corto de tiempo, siempre puedes intentar hacer este recorrido en tranvía para hacerte una idea de lo que puedes ver en esta zona de Zagreb. Pero no hay nada como pasearlo. Y, con tiempo, descansar en alguno de los parques o entrar en alguno de sus museos o edificios.


Plaza del ban Josip Jelacic

Hemos nombrado unas pocas veces a Josip Jelacic y a su plaza y no hemos dicho de quién se trata. El ban Jelacic es el héroe nacional croata, general del imperio austriaco en el siglo XIX y hombre clave en la abolición de la servidumbre en Croacia. Su estatua, a caballo, preside la plaza desde 1866 (salvo en el periodo comunista).

Se trata de la plaza principal de Zagreb, amplia y peatonal y la mejor comunicada. Aunque a ella no se puede acceder con el coche, es el centro principal del que parte el amplio nudo de tranvías y también representa el centro comercial y financiero de la ciudad.

Como puntos destacados, aparte de la estatua ecuestre, también cuenta con la fuente Mandusevac, principal punto de abastecimiento de la ciudad en la antigüedad y cuya agua procedía del arroyo que separaba Gradec de Kaptol. También conocido es su peculiar reloj, punto de encuentro de muchos ciudadanos de Zagreb.

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Plaza del ban Josip Jelacic, centro neurálgico de Zagreb.


Parque Zrinjevac, la Academia Croata de Ciencias y Artes, el Pabellón de Arte y la Plaza del Rey Tomislav

Seguimos por una de las ‘patas’ de la Herradura de Lenuci. La que hay frente a la Plaza de ban Josip Jelacic y que llega hasta la estación de tren.

Allí encontramos tres parques contiguos -o plazas. y varios monumentos notables. El primero es el Parque Zrinjevac, aunque su nombre real es la Plaza de Nikola Subic Zrinski. Está dividido en cuatro zonas verdes a partir de un pabellón central. Es muy conocido porque ese ‘pabellón musical’ acoge eventos y conciertos.

A continuación nos encontramos la Academia Croata de Ciencias y Artes, que preside el parque o plaza Josip Juraj Strossmayer en honor, precisamente, al obispo que fundó tal institución y cuya estatua está presente.

La tercera famosa parada de la herradura de Lenuci es la Plaza del Rey Tomislav, que cuenta en uno de sus extremos con el Pabellón de Arte -lugar habitual de muestras importantes-. Hay una gran fuente en medio y lo cierra la estatua del que fuera el primer rey croata (siglo X), instalada en 1947. El Rey Tomislav mira a la antigua estación de tren, un edificio digno de la gran ciudad del imperio Austro-Húngaro que Zagreb era cuando se construyó (siglo XIX); y que se conserva así desde entonces.

Toda esta serie de parques se encajan entre dos avenidas de edificios antiguos, en las que podemos encontrar, entre otros centros destacados, el Museo Nacional de Arte Moderno o el Museo Arqueológico de Zagreb.


Jardín Botánico de Zagreb

Sería la ‘curva’ que uniría las dos líneas rectas de parques que conforman la Herradura de Lenuci, aunque no la cierran completamente. Viendo donde está, casi en el centro de Zagreb, se trata de un oasis de tranquilidad en el que se pueden ver hasta 10.000 especies diferentes de plantas.

Lleva abierto desde finales del siglo XIX y se extiende a lo largo de 5 hectáreas. La mayor parte del espacio lo ocupa el Arboreto, con estilo de jardín paisajístico inglés, pero también otros estilos y con hasta 14 invernaderos, con plantas tropicales y subtropicales.

El jardín está abierto hasta la puesta del sol y la entrada es gratuita.

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Plaza del Rey Tomislav; de fondo, el Pabellón de Arte.


El Teatro Nacional Croata, el Archivo del Estado y la Universidad de Zagreb

Llegamos así a la otra ‘pata’ de la herradura, algo más corta que la primera, pero que también acoge otros de los edificios más conocidos de la ciudad.

Partiendo desde el Jardín Botánico, el primer parque acoge el monumento al arqueólogo Fran Bulic y el Archivo del Estado croata, una recopilación de documentos que se remontan al siglo XVII; así como dos facultades de la Universidad de Zagreb.

A continuación, la Academia de Arte Drámatico y, junto a ella el Museo Etnográfico; y, en el siguiente tramo, el Teatro Nacional Croata, una obra de finales del siglo XIX en cuya inauguración estuvo presente el emperador austro-húngaro Francisco José I y que se hizo a la altura de los mejores teatros europeos de la época.

Este teatro preside la conocida como Plaza de la República, a veces señalada como la plaza más hermosa de la ciudad. Aunque como las anteriores plazas nombradas en este recorrido por la Herradura Verde, es casi más un parque que una plaza en sí, según lo que aquí consideramos una plaza y un parque. Acoge también la conocida escultura de Ivan Mestrovic, el Pozo de la Vida.

Este recorrido lo terminaríamos con el edificio de la Universidad de Zagreb, la universidad más antigua del sudeste de Europa; y la Academia Musical croata, que está justo al lado.


No acaban aquí los edificios destacados que hay en esta cuadrícula o cerca de ella. No lejos de la Plaza de la República está el Museo Mimara, el museo más famoso de la ciudad, creado por el millonario croata Ante Topic Mimara y abierto al público en 1987 en un gran edificio neoclásico.

O, dentro de la ‘cuadrícula’, el museo-memorial que recuerda los ataques con misiles a Zagreb durante la Guerra de los Balcanes; el rico Museo de Chocolate; y el peculiar Museo de la Resaca, posiblemente, el museo más extravagante que puedas ver, que se presenta como el lugar donde puedes encontrar las cosas más raras con las que te has levantado tras un día de juerga. Después de ver un museo para las Relaciones Rotas, uno no puede dejar de admitir que a museos originales, pocos le ganan a Zagreb.

Y aún le quedará la Plaza Petra Preradovica y sus cafés o la espectacular vidriera que compone la cúpula de Oktogon, ambas muy cerca de la plaza del ban Jelacic.

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Parque Zrinjevac, con la Academia Croata de Ciencias y Artes al fondo.



La Zagreb más ‘lejana’

Con pasearte bien la Ciudad Baja se te va un día y, si haces lo propio con la Alta, una mañana entera como mínimo. Y eso sin deleitarte con algunos de los muchos museos a los que antes aludía. Pero Zagreb es mucho más, aunque eso suele dejarse para estancias más largas.

Sobre todo porque algunos de los lugares que ver en Zagreb y que merece la pena destacar no son para conocerlos en un rato.


Cementerio Mitrogoj

Entre esos lugares destacados, alejados del centro neurálgico, está uno de los cementerios más bonitos que puedas visitar. De hecho, está considerado como uno de los cementerios más hermosos del mundo. Allí están enterrados muchos croatas ilustres y miembros de todos los grupos religiosos (cristianos, musulmanes, judíos…), de ahí en parte su variedad.

El Cementerio Mitrogoj se construyó a finales del siglo XIX con el objetivo de ser un «homenaje a los muertos», de ahí su majestuosidad. Es famoso tanto por su arquitectura como por sus esculturas.

Si tienes tiempo, bien puede ser uno de los lugares que debas visitar obligatoriamente en Zagreb. Tengo que reconocer que yo no pude ir, precisamente porque me faltó eso, tiempo.


Parque Maksimir

Es una mezcla de parque y bosque, de 316 hectáreas, que se creó entre el siglo XVIII y XIX a las afueras de Zagreb, pero que ya está plenamente integrado en la ciudad y rodeado de asentamientos. Pese a ello, está lejos del centro y si quieres ir a conocerlo tendrás que tomar el tranvía o algún otro medio de locomoción.

Acoge árboles con cientos de años de antigüedad, muchos animales autóctonos y más de cien especies de aves, algunas de ellas protegidas. Al igual que en el caso del cementerio Mitrogoj, si quieres disfrutar de este ecosistema y conocerlo, pero tienes pocos días para ver la ciudad, tendrás que elegir y prescindir de otras zonas más visitadas y céntricas.


El Pabellón Mestrovic

Sí pude ver el también conocido como la Casa de los Artistas Croatas. De hecho, el Pabellón Mestrovic me llamó la atención antes incluso de saber lo que era por la espectacular iluminación que presentaba de noche.
Es el principal recinto cultural de la capital de Croacia y, continuamente, acoge diferentes exposiciones y otros eventos culturales. Está muy cerca de la estación de autobuses, así que, si llegas a la ciudad por ese medio, tendrás posibilidad de visitarlo.

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Visión nocturna del Pabellón Mestrovic o la Casa de los Artistas Croatas.

Los recintos deportivos a los que antes aludía también están alejados de la zona céntrica, aunque sólo pude ver, por fuera, el espectacular Arena de Zagreb. Está junto a una de las principales arterias de la capital y llama la atención nada más verlo, sin saber lo que es, por su espectacular diseño.



Valoraciones personales y otras curiosidades de Zagreb

A la hora de conocer una ciudad hay aspectos que te llaman la atención y que te la hacen más o menos atractiva. Mi estancia en Zagreb no llegó a los dos días, pero es una ciudad que me gustó. Lo que más, tal vez, su ambiente. Se nota que es una capital y no una ciudad turística, que depende de una época concreta para tener vida.

Había mucho ambiente por las calles, incluso siendo lunes, y un porcentaje de visitantes con respecto a los locales que no destacaba, salvo tal vez en la calle Tkalciceva y en las pocas callejas que forman el casco histórico de lo que en su día fue la colina de Gradec.

Si quieres hacer alguna ruta fuera de los free tours, hay varios guías en español y alguno de ellos se ofrece en la plaza Kaptol y en el entorno de la catedral de Zagreb.

Aparte de ese famoso funicular -el más corto del mundo-, te llamarán la atención sus peculiares tranvías. Te subas o no a ellos, no podrás dejar de verlos. Es una red que cubre toda la ciudad con la plaza del ban Jelacic como centro neurálgico.

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Funicular de Zagreb, la ‘Vieja Dama’.

A lo largo del paseo de Strossmayer te encontrarás varios miradores. Es el mejor sitio gratis para poder divisar la ciudad desde las alturas. Si subes a la Torre de Lotrscak, las vistas son espectaculares, aunque no hay que subir hasta ella para tener también una buena perspectiva de Zagreb. Al pie de la misma ya te puedes hacer una idea de lo que puedes ver desde arriba. Dicen que desde aquí se puede disfrutar de la mejor puesta de sol (yo no lo comprobé).

Precisamente, muy cerca de la torre se puede admirar el llamado mural de la ballena, una bonita muestra de arte callejero. Los grafitis fueron también algo que me llamó la atención en esta ciudad y que vi en varios lugares.



Datos básicos e información útil de la capital de Croacia

Como ya dije anteriormente, una de las cosas que más me sorprendió de la capital es que sus precios eran más asequibles en general que las ciudades de costa en las que había estado. Y eso va desde la comida hasta el propio alojamiento.


Donde alojarse en Zagreb: Hay mucha variedad de alojamientos y de precios, tanto en el centro como en lugares más alejados. Y no hace falta irse muy lejos para encontrar sitios asequibles.
En general, no me gusta hablar de dónde me quedo, más que nada porque al no poder compararlo con cualquier otro lugar o alojamiento de la ciudad en el que no haya estado, no me considero apto para opinar. Sin embargo, al menos esta vez haré una excepción por la originalidad del Main Square Hostel, el hostel en el que estuve. Aparte de original, está muy bien situado. Como bien ‘vende’, está a «20 metros de la plaza del ban Jelacic», en la calle más turística de la capial croata, la calle Tkalciceva, y justo al lado de las principales atracciones que ver en Zagreb.


Dónde comer: Precisamente esa calle Tkalciceva suele ser la más concurrida para comer, ya que hay todo tipo de restaurantes. Aunque también todo lo que rodea a la calle Ilica y a la plaza del ban Jelacic está plagada de lugares de todo tipo, tiendas de comida rápida, pequeñas galerías comerciales, casi todas las franquicias conocidas… Estás en el centro de la capital de un país y ahí hay de todo.

tranvia zagreb
Los siempre peculiares y coloridos tranvias de la capital de Croacia.


Como llegar: Zagreb está muy bien conectada con el resto de ciudades de Croacia y también con los países vecinos. Los flixbus desde Zagreb salen continuamente hacia la vecina Eslovenia, hacia Italia, Alemania… Los trenes también te conectan con otras capitales cercanas, en especial, algunas de las que componían la antigua Yugoslavia, casos de Ljubljana (Eslovenia) o Belgrado (Serbia). Y también hay buena conexión por avión. Aunque si quieres llegar desde España encontrarás más y mejores conexiones con la costa, especialmente con Dubrovnik, que con Zagreb. Yo llegué desde los Lagos de Plitvice y salí en un flixbus entre Zagreb y Ljubljana.


Mejores excursiones desde Zagreb: Como decía al principio, Zagreb suele ser el lugar de entrada al país o un sitio de paso hacía países cercanos o hacia la costa dálmata. No en vano está muy bien conectada. Desde allí, las excursiones más habituales te llevan a los Lagos de Plitvice o a la cercana capital eslovena, Ljubliana, de la que sólo le separan dos horas y media. Aunque si quieres conocer algo distinto y buscar la Croacia menos turística, siempre puedes visitar la antigua capital del país, Varazdin, que se encuentra a tan sólo hora y media de distancia al norte; o la aún menos visitada zona nordeste del país.

Hasta aquí este post. Tal vez te haya atiborrado de datos que ver y de cosas que hacer en Zagreb cuando lo que de verdad quieres es relajarte, pasear la ciudad y disfrutarla. Como todos. Al menos espero que te sirva de orientación si recurres a él y que la ciudad te deje tan buen recuerdo como a mí.

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