Si entre tus planes está recorrer por tu cuenta Andalucía y tienes tiempo para hacerlo, incluye en tu recorrido la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz, una de las más bonitas y conocidas del sur de España. El nombre, de por sí, ya es sugerente. Aunque lo de pueblos blancos también podría aplicarse a sus vecinos de Málaga, a los pueblos marineros que aún quedan en la costa andaluza, a los que integran el Cabo de Gata, los de las Alpujarras granadina o almeriense… Es una tradición adquirida de la larga presencia musulmana en España, que ha marcado la idiosincrasia de estas preciosas localidades.
Si a todo lo que ofrecen, añadimos que la mayor parte de estos pueblos se encuentran dentro del parque natural Sierra de Grazalema, reserva de la biosfera por la UNESCO; y que, a sus encantos, incorporan una amplia oferta natural y deportiva, está claro por qué tienen tanto éxito.
Allí, aparte de castillos, casas históricas y algún que otro palacio, vas a encontrar casas excavadas en la roca, cementerios curiosos, plazas de toros inigualables. Y, sobre todo, pueblos tranquilos, con una gastronomía particular y una gente muy acogedora.
El blanco es la característica común de todos ellos, pero también lo es su orografía montañosa, sus calles estrechas, sus macetas y flores o el estar emplazados en una zona fronteriza, que marcó su carácter.
Durante más de 200 años, desde la conquista del Reino de Sevilla por parte de Fernando III ‘El Santo’ hasta la caída del Reino de Granada ante el empuje de los Reyes Católicos, esta zona fue un punto clave de disputa entre musulmanes y cristianos. Castillos, murallas, atalayas, miradores… dan fe de ello. Y también que muchos de estos pueblos buscaran los puntos más altos e inaccesibles. Eran localidades en guerra.
Algunos de ellos cambiaron de manos durante esos años; otros se mantuvieron infranqueables. Unos crecieron en lo alto de la montaña; otros, bajo las rocas… Y todos ellos se vieron impregnados por la cultura andalusí y forman hoy una comarca que, ya sea pocos o muchos días, no se debe esquivar si estamos por la zona.
Si estás interesado en realizar una ruta por los pueblos blancos de Cádiz, aquí os dejo algunos detalles que os pueden ayudar.
Cuáles son los Pueblos Blancos de Cádiz
Los llamados Pueblos Blancos son 19, pero evidentemente, ni siquiera son los únicos blancos ni agrupan a los pueblos más bonitos de la provincia de Cádiz. Ese color es el tradicional de los pueblos del sur de España, que están habituados al fuerte calor y a un sol que pega muy fuerte, que se ha combatido tradicionalmente encalando las casas. De ahí ese blanco que refleja los rayos solares.
Localidades como Vejer de la Frontera, Castellar, Medina Sidonia… por poner tres ejemplos de pueblos preciosos de Cádiz, no se encuentran entre los denominados Pueblos Blancos, aunque alguno de ellos se suelen meter siempre en cualquier ruta o roadtrip por la zona, como también se hace con la vecina Ronda, ya en Málaga, dada la cercanía.
Los 19 Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz son: Arcos de la Frontera, Olvera, Grazalema, Ubrique, Setenil de las Bodegas, Zahara de la Sierra, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Torre-Alháquime, Alcalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Benamahoma y Algar.
Cuántos días necesito para ver los Pueblos Blancos de Cádiz
La ruta de los pueblos blancos de Cádiz es ideal para un puente largo, aunque todo depende del tiempo que tengas y de lo que quieras conocer de la zona.
Puedes hacerte una idea de lo que tienen en un día y no tener suficiente con una semana para conocerlos a fondo. Lo ideal para ver los principales pueblos de esta zona y hacer alguna actividad alternativa es tres o cuatro días.
Sobre todo, porque este roadtrip suele combinarse con una visita a Ronda, que no se conoce en un rato. O, al contrario, aprovechar que estás visitando esta ciudad malagueña, tan turística y popular, para acercarte a conocer alguno de los pueblos que componen esta comarca.

Y también porque, ya que estás aquí, lo ideal es hacer alguna de las rutas más conocidas de la Sierra de Grazalema, como la del río Majaceite o los senderos del Pinsapar, del Salto del Cabrero o de La Garganta Verde. Debes saber que, para hacer algunos de ellos, necesitas pedir permisos administrativos. No en vano, te encuentras en pleno parque natural.
Si estás muy apurado, lo mínimo sería disfrutar y hacer un recorrido seleccionado por la zona durante un fin de semana. Elegir entre los 19 los que más te llamen la atención y no apurarte mucho. Estos pueblos invitan a la tranquilidad y a disfrutar de sus virtudes, no a conocerlos de forma rápida y precipitada.
Lógicamente, lo que sí se recomienda es hacer la ruta en coche. Hay pocas alternativas si quieres conocer los diferentes pueblos y desplazarte por sus sinuosas carreteras de montaña.
¿Dónde empieza la ruta de los pueblos blancos?
Arcos de la Frontera, por ser el pueblo más grande y con más posibilidades de alojamiento, suele ser principio o final de la ruta. Aunque está en un ‘extremo’ y, si no se quiere hacer lineal, se prefiere buscar una base a la que volver y desplazarse todos los días, lo ideal es buscar un lugar más ‘céntrico’. El ‘rombo’ que se formaría entre Grazalema, El Bosque, Ubrique y Zahara de la Sierra sería una buena opción.
De hecho, El Bosque no es una de las localidades que tradicionalmente se nombran entre las principales de los Pueblos Blancos cuando la selección es muy exhaustiva, pero sí es un sitio donde hay muchas opciones para quedarse, aunque sólo sea por ser un lugar señalado para los que buscan el llamado turismo activo, y vienen a esta zona para hacer rutas y deportes alternativos.
No obstante, los que se van moviendo utilizan, como inicio o final, Arcos de la Frontera y Ronda. Aunque esta última ciudad no esté incluida en la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz propiamente dicha. Entre otras cosas porque no está en Cádiz. Pertenece a la provincia de Málaga.
En su defecto, si nos atenemos a los pueblos blancos, Arcos podría ser un extremo y el otro Olvera, final también de otro de los recorridos más conocidos de la zona para senderistas y ciclistas, la Vía Verde de la Sierra, que llega desde Puerto Serrano.
¿Qué pueblos blancos visitar? Varias opciones de ruta
Si quieres ver los 19 pueblos sí que vas a necesitar una semana. Lo ideal es ir viendo y disfrutando de ellos y, en ese caso, recorrer no más de dos o tres localidades por día.
En general son pueblos muy pequeños. Arcos de la Frontera es el más grande y, aparte de éste, se podría destacar Olvera o Ubrique, pero incluso en estos dos últimos, el casco histórico, que es el que cuenta con los elementos tradicionales, también se puede visitar en muy pocas horas.
La elección, por ello, te la dejo a ti. Sí te puedo decir los que son, para mí, imprescindibles. Y cuál sería una ruta virtual que yo haría en dos, tres o cuatro días.
No es la que yo hice, porque, en realidad, no he hecho ninguna. Esta parte norte de Cádiz, como el resto de la provincia, es una zona que conozco por cercanía a Sevilla y en la que he estado muchas veces, ya sea para ver pueblos, hacer rutas, asistir a algún evento o, simplemente, a pasar el fin de semana en alguno de sus preciosos pueblos.
Ruta de los Almorávides y Almohades
Antes que nada voy a indicar una ruta, que forma parte del gran itinerario cultural europeo y que pasa por seis de estos pueblos, entre los que se encuentran casi todos los que deberías visitar si recorres esta zona. Se trata de la llamada Ruta de los Almorávides y Almohades, y que recorre gran parte de lo que en su día fue el Reino de Granada.
De hecho, el principio y el final de la misma está en Granada, la capital, y Tarifa, el límite y punto de contacto con el norte de África. En este recorrido se pasa por algunas de las ciudades más conocidas del antiguo reino medieval y se divide en dos ramas entre Ronda y Tarifa. Una pasa por los pueblos malagueños antes de enlazar con los gaditanos que hay más cercanos a Tarifa.
La otra ruta recorre lo que hoy son los Pueblos Blancos de Cádiz antes de llegar, entre otros lugares, a Jerez de la Frontera o a la propia capital gaditana.
En este caso el recorrido partiría de Arcos o de Ronda. Si lo hacemos siguiendo desde la ciudad del Tajo se pasaría por Setenil de las Bodegas, Olvera, Algodonales, Zahara de la sierra, Grazalema y Arcos de la Freontera. Y, al contrario, si partimos desde esta otra localidad encaramada en lo alto de un acantilado.
Ruta de 2, 3 ó 4 días por los Pueblos Blancos
Aunque la gente que vive en Sevilla o Cádiz suele hacer escapadas a esta zona, lo habitual es pasar un fin de semana o, mejor aún, tres o cuatro días. Y añadir también Ronda, que apenas está a 19 kilómetros de Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos de parada obligatoria si quieres conocer lo más peculiar de esta preciosa zona de la provincia de Cádiz.
En 2 días, apenas te va a dar tiempo a conocer casi nada. Yendo rápido, la opción reflejada antes en la Ruta de los Almorávides y Almohades sería una buena opción. Es decir, empezar el Arcos y finalizar en Setenil, pasando por Grazalema, Zahara de la Sierra, Algodonales y Olvera entre medias.
En una ruta de 3 días por los pueblos blancos de Cádiz se podría añadir a lo anterior alguna de estas: Villaluenga del Rosario, Ubrique, El Bosque o Benaocaz. Lo haría por cercanía y comodidad; y, alguna de ellas, como Villaluenga del Rosario y Ubrique, porque se encuentran entre los pueblos más icónicos de la zona. También se puede hacer lo mismo que en la ruta de dos días, pero visitando dos localidades diarias, recorriéndolas sin prisa y disfrutando más de ellas.

Si tiene un cuarto día disponible se puede meter uno o dos de los senderos más conocidos de la zona (Majaceite, Gargante Verde…). Todos los pueblos tienen rutas y, con lo bonito que es el parque natural de Grazalema, todos merecen la pena. Si prefieres seguir viendo pueblos, entonces, se puede visitar algunas localidades como Bornos, Benamahoma, Villamartín o El Gastor, que algunos dejan de lado para centrarse en las otras. O hacer actividades menos conocidas, como recorrer el sendero romano entre Ubrique y Benaocaz -de apenas una hora- y visitar el Yacimiento romano de Ocuri; descubrir el ‘pueblo fantasma’ del Pantano de los Hurones, entre Ubrique y Algar, etc.
Todo ello si se hace un recorrido lineal, buscando alojamiento en los pueblos donde se acabe el día. Si se hace desde una base todo cambia y lo ideal sería elegir un lugar ‘céntrico’.
Lo fundamental, sin dejar de advertir que todos los pueblos merecen la pena, sería meter en esa ruta las localidades reseñadas en las rutas de dos y tres días antes señaladas.
Mapa de los Pueblos Blancos de Cádiz
O tal vez, montártelo como quieras. La distancia entre Setenil de las Bodegas y Arcos de la Frontera, que serían las localidades más alejadas entre sí, es de 73 kilómetros, un recorrido que se puede hacer en poco más de una hora. Estos son las 19 localidades que conforman los Pueblos Blancos de Cádiz y por los que puedes idear tu ruta.
Cinco de los pueblos blancos más bonitos e imprescindibles
Es muy difícil escoger entre los pueblos blancos más bonitos de esta ruta por Cádiz. Incluso, en la enumeración anterior por días, en la que se quedaron pocos atrás para la ruta más larga, la elección de los que estaban y los que no fue muy subjetiva. Y tiene mucho que ver con la percepción que tengo yo o mis gustos.
Sin embargo, no discute nadie que estos cinco destacan y siempre deben estar en cualquier ruta por los pueblos blancos de Cádiz. Ya sea por su peculiaridad, por su importancia, por su nombre… son, posiblemente, los cinco más conocidos.
Arcos de la Frontera, unas vistas sin igual
Cualquiera que vea su estampa en una foto ya desea visitarlo. Encaramado a un acantilado, Arcos de la Frontera se eleva sobre el río Guadalete en un lugar casi inexpugnable y que, entre otros motivos, eso le hizo ser una plaza importante ya en la Edad Media, cuando durante más de dos siglos era, como dice su nombre, frontera entre dos reinos. Es la localidad más grande de la comarca y que suele servir de inicio de la ruta o, si uno parte desde Olvera (o Ronda), de final de la misma.
Como pueblo señorial y antiguo, en él podemos encontrar palacios y edificios religiosos monumentales y antiguos: la Basílica de Santa María de la Asunción, el Castillo de los Duques de Arcos, la Iglesia de San Pedro, el Convento de las Madres Mercedarias…
Dentro del casco histórico, guarda su estructura antigua y medieval que le caracterizó, por lo que es un lujo perderse por sus calles estrechas y callejones. Aunque, como ocurre en algunos de estos pueblos, hay que estar en forma para subir algunas de sus cuestas. Cuenta con varios miradores y sus vistas, con esa privilegiada posición que ocupa, son espectaculares. Especialmente al anochecer.
Olvera, el mejor final a la Vía Verde de la Sierra
La imagen de su castillo y su iglesia ‘enfrentadas’ por encima de un ‘manto blanco’ es otra de las imágenes características de estos pueblos. En 2021 fue capital rural de España, en una elección que organiza todos los años la web Escapada Rural y en la que sucedió a Potes.
Olvera fue otra de las pocas localidades de esta zona que pasaron relativamente pronto a manos cristianas, en 1327, por lo que estuvo rodeada de otros pueblos que pertenecían al reino de Granada y con los que hacía frontera. El barrio de la Villa conserva la estructura de esa época medieval y sobre él emergen los antes mencionados Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación y castillo morisco del siglo XII, así como la casa de la Cilla, que acoge el Museo de «La Frontera y los Castillos» y la oficina de turismo.
Fuera de la localidad se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, la patrona de Olvera. Y también, el Centro de Interpretación Vía Verde de la Sierra, que sirve de punto final -o inicio- de esta ruta tan peculiar que une este pueblo con Puerto Serrano a través de un camino sembrado de túneles y viaductos, que en su día se construyó para que lo recorriera un tren que nunca pasó.

Setenil de las Bodegas, viviendo debajo de las rocas
Todos los pueblos blancos de Cádiz y, en especial, estos cinco tienen algo por lo que destacan, pero si hay que señalar uno por su peculiaridad, ése es Setenil de las Bodegas. Difícilmente no habrás visto las imágenes que le caracterizan de sus fachadas, construidas bajo enormes rocas y encaramadas en las laderas de lo que eran las paredes de la montaña. Tan inaccesible fue que nunca pudo tomarse y sólo pasó a manos cristianas durante el desarrollo de la guerra final entre los Reyes Católicos y los últimos sultanes nazaríes de Granada.
De hecho, el origen de su nombre, según se cuenta, proviene de ahí, de las siete veces que intentaron tomar la localidad sin conseguirlo. En concreto, vendría del latín septem nihil, que significa siete veces nada.
La diferencia con el resto de pueblos es que, mientras los demás se erigían en todo lo alto, éste lo hizo en el interior del desfiladero, penetrando en la roca y en la montaña. Estaba, no obstante, presidido por un castillo construido en esos siglos en los que fue frontera (siglos XIV y XV) y del que aún se conserva la Torre del Homenaje.
Vayas por donde vayas en este pueblo vas a ver esas peculiares construcciones, aunque son las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra las más famosas. En la primera, al menos puede entrar el sol por un lado, pero la segunda… está ‘techada’.
Zahara de la Sierra, donde Granada perdió su reino
Si Setenil tenía la curiosidad histórica de que no pudo ser conquistada, Zahara de la Sierra tiene una más importante: fue la causante que provocó -o sirvió de excusa- para que se desatase la guerra final que acabó con la unificación cristiana de la península y la desaparición del Reino Nazarí de Granada.
Muley Hazen, el que le da nombre al pico más alto de la península y que entonces era el sultán de Granada, conquistó esta pequeña localidad fronteriza en 1481 y, con ello, rompió las hostilidades, que tan caro le costarían a posteriori. Once años después, en 1492, todo había acabado.
Pero hoy, lógicamente, de aquello se recuerda poco y los que la visitan lo hacen por sus espectaculares vistas al embalse, por su espectacular presencia encaramada en el Puerto de las Palomas y con el antiguo castillo presidiendo, por su laberíntico callejero o para disfrutar de su entorno, ya sea para recorrer la afamada Garganta Verde o para bañarse en su pequeña ‘playa’.

Grazalema, naturaleza viva
Grazalema da nombre a la sierra y parque natural, que engloba a la mayor parte de los pueblos blancos de Cádiz. Es un pueblo muy tranquilo y auténtico, para disfrutarlo y recorrerlo tranquilamente. Es también de los más turísticos de la zona.
La localidad crece en torno a la Plaza de España, donde se encuentra la Iglesia de la Aurora del siglo XVIII. No es la única, pues pese a ser una población pequeña, también acoge varios edificios religiosos más, como la Iglesia de San José, la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, la Iglesia de San Juan o las ermitas del Calvario y de los Ángeles; además de casas señoriales y varias fuentes. También llama la atención, cerca de esa céntrica plaza, el Monumento al Toro de Cuerda, una de las fiestas taurinas más antiguas de España.
En los alrededores se puede visitar la mencionada ermita de El Calvario, que no está muy lejos y desde donde se puede disfrutar de una vista privilegiada de Grazalema. O realizar una de las rutas más conocidas de la zona, la ruta de El Pinsapar, famosa por acoger estos peculiares abetos de color verde oscuro -los pinsapos-, más típicos de Europa Central, pero que, curiosamente, también crecen en esta zona, la más lluviosa de España.
Dónde dormir en los Pueblos Blancos de Cádiz
Si he hablado que puedes hacer una ruta lineal o buscar una base desde la que ir desplazándote es porque hay muchas posibilidades de alojamiento. Lógicamente, en los pueblos más grandes, especialmente en Arcos de la Frontera, es donde más opciones hay, pero hay muchas otras diseminadas por todo el parque.
Ten en cuenta que también es un lugar para los amantes del senderismo y de los deportes de aventura y el turismo activo, de ahí que haya varias zonas de acampada, casas rurales, glampings, etc.
Si buscas pueblos con encanto, Grazalema o Zahara de la Sierra son aconsejables. Y el entorno de El Bosque cuenta con varios campings y otra formas de alojamiento que te permiten también disfrutar de la naturaleza.
Cuál es la mejor opción para recorrerlos
Cuando hablé de hacer una ruta lineal o buscar una base, más o menos quedó claro que el objetivo aquí es desplazarte por tus propios medios, ya sea con coche, moto, bicicleta… El transporte público te puede servir para llegar al lugar pero no para recorrer esta zona de montaña, ya que hay muy pocas conexiones entre las localidades.
Si vas con tiempo, lo de recorrerlo en bicicleta es una muy buena opción, ya que te permite disfrutar de unos paisajes espectaculares y parar donde quieras.
Toda la zona y alrededores cuenta con aparcamientos para autocaravanas y es muy normal ver a los usuarios de éstas quedarse en un lugar e ir desplazándose por los alrededores en bicicletas. Se puede ver aquí y también en los cercanos pueblos blancos de Málaga o los que hay en la provincia de Sevilla (Coripe, Pruna…).
Qué ver cerca de esta zona
No hace falta decir que esta ruta por los pueblos blancos de Cádiz puede acompañarse con algunas de las otras maravillas que hay en la provincia: con el cercano Parque Nacional de los Alcornocales, con unas playas espectaculares -algunas de las más bonitas de España- o con la vecina provincia de Málaga, cuyo referente más cercano, Ronda, apenas está a veinte kilómetros de Setenil.
Jerez está a 30 kilómetros de Arcos; Cádiz, a media hora; y Sevilla, a poco más de una hora. Eso hace de esta zona un lugar ideal para una escapada en el caso de que estés visitando cualquiera de las dos capitales de provincia o la ciudad del caballo.
Aparte de ellas, por nombrar algunas, la visita a los pueblos blancos se puede combinar con alguna de estas poblaciones:
Ronda: No necesita casi presentación y aquí hemos hablado mucho de ella. No en vano, suele combinarse con esta ruta, aunque no pertenezca a ella al estar en la provincia de Málaga. No sólo Ronda merece la pena, pues los pueblos de su Serranía tienen una idiosincrasia y un perfil muy parecido a los que aquí hemos visto.
Castellar de la Frontera: Uno de los pueblos más bonitos de España, construido dentro de un castillo y con un pasado cercano ‘hippie’. Hoy es uno de los lugares más visitados de la provincia de Cádiz.
Medina Sidonia: Otro pueblo histórico y señorial, que se refleja en sus calles, sus palacios o su castillo.
El Puerto de Santa María: Ya no es un pueblo sino una de las ciudades que rodean la Bahía de Cádiz, pero destaca también por sus palacios y bodegas.
Sanlúcar de Barrameda: Lugar de veraneo de la clase alta de Andalucía Occidental en el siglo XIX, se aprecia su próspero pasado, ya que fue un punto clave del comercio con América. La desembocadura del Guadalquivir, la cercanía de Doñana y los vestigios de ese pasado merecen una visita. Por si fuera poco, fue Capital Mundial de la Gastronomía 2022.
Vejer de la Frontera: Si estuviera en la sierra y no junto al mar, podría pasar por uno de esos pueblos blancos. Como éstos, su casco histórico es un entramado de calles estrechas, llenas de flores y casas encaladas. Y también cuenta con un castillo, que recuerda ese pasado en el que la actual Cádiz pertenecía a dos reinos.
Podría seguir porque, sin salir de la provincia gaditana, se podrían nombrar Trebujena, Conil, Jimena de la Frontera, Rota o alguna de las poblaciones del campo de Gibraltar, como Tarifa, la meca del sky surf. Pero este post está centrado en la ruta de los pueblos blancos de Cádiz y ya habrá otro momento para destacar lo mucho que ofrecen algunos de estos destinos.
Si no conoces esta zona y piensas visitar la provincia de Cádiz o la vecina Ronda, haz un hueco y llégate a conocer unos pueblos que están entre los más bonitos de Andalucía y que no te dejarán indiferente.
Y si puedes aportar algo a este post, siempre será bienvenido.
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