Una de las cuatro villas marineras de Cantabria. Su importancia viene de antaño y sus huellas así lo indican, pero hoy San Vicente de la Barquera es más conocida como destino turístico que por ese puerto que le dio tanta vida.
Cuenta con un histórico castillo, edificado para defender lo que ha sido desde siempre un importante puerto del Cantábrico. Y con un casco histórico que describe su antigua grandeza. Sin embargo, es más conocida por sus playas, por su parque natural o por ser uno se los destinos de surf más conocidos de Cantabria y de toda la costa cantábrica.
Fue lugar de paso en el ‘peregrinar’ de Carlos V camino de su coronación y antes de eso había sido refugio de una vetusta tribu cántabra, un puerto romano y una plaza fuerte en los albores del reino astur; hoy es un destino señalado en todas las guías turísticas de esta zona y una parada obligada en el Camino de Santiago del Norte.
Lo de San Vicente fue un amor a primera vista. Tal vez porque la primera vez que la vi fue en un hermoso atardecer (el que tienen en la imagen), en el que llegué por las playas de Merón y del Rosal con una preciosa vista desde la Playa El Tostadero. No obstante, aunque no hubiera sido así, La localidad tiene argumentos sobrados para satisfacer los deseos de todo viajero. Tiene historia, monumentos, encanto, costa, playas, gastronomía propia, una situación privilegiada en la desembocadura una ría y junto a un Parque Natural… Merece la pena visitarla.
Es un buen destino para dedicarle un día entero y disfrutar, aparte de sus atracciones, de su gastronomía en los muchos restaurantes que hay diseminados cerca de la ría y de la Plaza Mayor del Fuero. Aunque muchos van más allá y lo toman como base para disfrutar de sus playas y sus alrededores.
¿Quieres conocer algo más sobre este precioso pueblo? En este vídeo os dejo un anticipo.
Top 5 – Lo mejor de San Vicente de la Barquera
Enclavada en el lugar que está, en la desembocadura de una hermosa ría y en medio de un parque natural, muy poco tendría que añadir para llamar la atención de cualquier visitante. Y no es precisamente poco lo que acoge. Aunque yo destacaría:
Playa El Tostadero. Sus vistas, al atardecer, con San Vicente de frente, la ría y sus barcas por medio, el Puente de la Maza a la izquierda y los Picos de Europa de fondo son una estampa que no se olvida. Es la imagen que se me ha quedado grabada.

Castillo y murallas. Es la principal atracción monumental de la Puebla Vieja, la San Vicente medieval. Conocido también como Castillo del Rey, fue construido originariamente en el siglo VIII por Alfonso I, el tercer rey de Asturias, que empezó a reinar apenas 21 años después de la batalla de Covadonga que encumbró a Don Pelayo -si las fechas son exactas porque siempre hay varias opiniones al respecto-. Lo que quiero decir con esto es la importancia que se le dio a este puerto desde siempre; de ahí que se construyera esta fortaleza en los albores del reino astur para protegerlo.
Hoy es un lugar privilegiado desde el que observar una panorámica de la ciudad y de la propia ría. Y, posiblemente, su monumento más visitado. También es un centro de exposiciones y museo; y tiene una muestra permanente con fotos antiguas de San Vicente de la Barquera. Junto a él está la muralla, que aún conserva varias puertas, como las de Asturias o del Peregrino, la de La Barrera y la del Mar.

Convento de San Luis. Aunque está en ruinas y en una propiedad privada, merece una visita. En medio de una exuberante finca sobresalen entre la naturaleza parte de la iglesia y del claustro. Sólo se puede visitar en días y fechas señaladas, con un calendario -bastante amplio- que gestiona el ayuntamiento a través de la oficina municipal de Turismo.
Para los que su visita no coincida con una de estas fechas señaladas, al menos sí podrán ver parte de su estructura de la iglesia sobresalir entre los árboles por encima del muro.
Como dato curioso, el rey Carlos I -o Carlos V según guste- se hospedó ahí en el año 1517 tras caer enfermo a su llegada a la localidad.
Iglesia Santa María de los Ángeles. Sobresale majestuosa en lo más alto de San Vicente. Construida a modo de fortaleza tiene tres naves y es de estilo Gótico Montañés. Acoge el sepulcro del inquisidor Antonio del Corro, realizado con mármol de Génova y considerado como uno de los mejores ejemplos de la escultura renacentista en toda España.

Y marca el punto de partida del Camino Lebaniego, que aquí se cruza con el Camino de Santiago del Norte, quien tiene a San Vicente de la Barquera y a esta iglesia como uno de sus puntos de paso señalados.
Desde el mirador que hay detrás se puede contemplar con total claridad, en un día despejado, el Naranjo de Bulnes y los Picos de Europa.
Santuario de la Barquera. Localizada en otro promontorio, éste cercano a la entrada del espigón, del puerto y del faro, y con unas preciosas vistas; rodeada de jardines y en medio de un hermoso paseo por la entrada de la ría. Alberga la imagen de la patrona, la Virgen de la Barquera, cuya leyenda señala que llegó sola, en una barca sin velas ni remos, a ese lugar en el medievo. Es una imagen muy venerada.
Qué ver (y hacer) en esta villa marinera
De la estructura de la localidad se podría decir que son tres ‘islotes’ conectados por puentes. El principal, donde se asentó ésta históricamente, acoge la mayor parte de los monumentos. Otro sería el que llega hasta la entrada de la ría y el faro ‘Punta de la Silla’, que preside el Santuario de la Barquera. Y un tercero más nuevo, más pequeño y que abastece a los cada vez más visitantes que buscan San Vicente para disfrutar de sus playas, especialmente de la de Sable de Merón; éste está junto a esta playa, la Del Rosal y la de El Tostadero, en la otra orilla de la desembocadura de la ría. El reclamo monumental, lógicamente, está en los dos primeros.

Santa Vicente de la Barquera te ofrece trece opciones de visita, seis de ellas agrupadas en lo que se conoce como la Puebla Vieja, en torno al Castillo y a la majestuosa Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Desde esta última sale Camino Lebaniego, que también conecta el Camino de Santiago del Norte con el Francés.
Aquí, en la Puebla Vieja, aún se pueden ver las ruinas del Hospital de la Concepción; la Torre del Preboste, donde en el medievo se recaudaban los impuestos, luego fue cárcel y ahora es un centro de exposiciones; o el Palacio de la Familia Corro, hoy ayuntamiento de la villa.
Precisamente, el sepulcro del Inquisidor Antonio del Corro, situado dentro de la iglesia, completa este importante conjunto monumental, agrupado en unos pocos metros. Y que yo completaría con un recorrido por las calles adyacentes a la Plaza Mayor del Fuero, algunas de las cuales conservan esa esencia de su pasado; y con la propia plaza, hermosa, con soportales y centro de vida de la localidad.

A través del Puente de la Barquera se accede a esa otra parte del pueblo -barrio de La Barquera- que desemboca en el Faro, el rompeolas y la salida de la ría y que acoge el Santuario de la Barquera, situado junto a la entrada del puerto en un lugar con unas vistas preciosas.
Aunque no aparece en muchas guías, ahí también se encuentra el vetusto Fuerte de Santa Cruz Suaz, una cañonera que protegía la entrada a la ría y que cobra importancia tras la decadencia del castillo.
Sólo quedaría añadir el Convento de San Luis, hoy casi en ruinas, situado a la ‘entrada’ de la localidad, frente al Puente de la Maza. Este puente es otro de los referentes de San Vicente de la Barquera, desde donde sale la carretera que lleva a la vecina Comillas.
Y fuera de ahí, lógicamente, están sus playas. Aunque esto ya sería para verlo aparte.
Instagram – Lo más fotografiado
Con todos los monumentos que alberga la localidad, no son estos y sí su entorno lo que más suele aparecer fotografiado en esta red social. Playas y surf, Gerra (Gerruca) y Oyambre… Esta zona de la costa cántabra atrae mucho turismo todo el año: la playa de Gerra es muy popular entre los surfistas y el Parque Natural de Oyambre es una maravilla muy visitada, tanto para bañistas como para amantes de la naturaleza. Y así lo reflejan.

La bahía de San Vicente se puede ver desde todos los ángulos. Desde el castillo, desde el paso cercano al rompeolas, desde las playas de Merón o del Tostadero, con los Picos de Europa de fondo, en verano, en invierno… Es una preciosidad.
Y el Castillo. Es el principal referente monumental de la localidad, aunque son más las fotos que se toman desde él que las que tienen a éste como protagonista.
Datos básicos de San Vicente
Como ciudad turística que es, que vive especialmente del sector terciario, da muchas facilidades para poder acceder a todo lo que ofrece:
Cómo llegar a San Vicente de la Barquera: Está a 60 kilómetros de Santander y a 58 del aeropuerto de Cantabria. Su estación de autobuses, situada junto al Puente de la Maza, acoge servicios de tres compañías y tiene varios enlaces diarios con las capitales más cercanas. También cuenta con estación de tren, aunque para ello hay que salir del casco urbano y desplazarse hasta La Acebosa.
Qué comer (y donde) en San Vicente: Si hay una comida típica de esta zona es el sorropotún, una marmita marinera hecha a base de patata, bonito, cebolla y pimiento. Como localidad marinera su especialidad son los pescados y mariscos (langostas, bogavantes, nécoras, centollos, rodaballos…), aunque también se estilan otras comidas típicas de Cantabria como el cocido montañés (zona del Valle de Cabuérniga) o el cocido lebaniego (Liébana), además de los quesos cántabros; o, en cuanto a postres, las ‘pejinas’ locales o las corbatas de la cercana Unquera.
Podrás encontrar un gran número de bares y restaurantes a lo largo de las dos avenidas que bordean la ría (Avenida Miramar y la de Los Soportales), entre los dos puentes, en el entorno del casco histórico. Aunque el más famoso está en el barrio de La Barquera, muy cerca del rompeolas y tienes dos estrellas Michelín (en 2020).

Oficina de Turismo: Situada en la Avenida de los Soportales, que parte frente a la Plaza Mayor del Fuero. No sólo te puede dar datos de lo que ver en la localidad sino opciones para disfrutar de tu tiempo en los alrededores.
Alojamiento en San Vicente de la Barquera: Desde camping hasta hoteles, cuenta con toda la variedad de alojamientos a gusto del consumidor o de su bolsillo. Buenos precios fuera de temporada, aunque en el verano suben por la ocupación masiva.
Mejor época para ir: Desde abril a octubre es temporada alta de esta localidad, aunque siempre tiene gente a lo largo del año. El hecho de disponer de un entorno natural bonito y playas que no sólo atraen a los bañistas le hace atractiva fuera de esa temporada. Aunque también estar cerca de Santillana del Mar, Comillas, Cabárceno, los Picos de Europa, Llanes… ayuda bastante.

Cosas que deberías saber antes de ir
Aunque siempre es imposible acumular tanta información, nunca viene mal conocer algunos aspectos del lugar que uno piensa visitar:
- La Puebla Vieja está considerada como Conjunto Histórico Artístico desde 1987
- El Convento de San Luis está en una finca privada y, para verlo, necesitas una visita guiada que gestiona, cuando es posible, la Oficina de Turismo
- Para ver la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles necesitas pagar entrada
- Esta Iglesia sirve de punto de partida al Camino Lebaniego que, partiendo de San Vicente y habitualmente en tres etapas llega a Santo Toribio de Liébana.
- El atardecer desde la playa de El Tostadero merece la pena. También la panorámica que se ve desde ahí, especialmente en invierno con los Picos de Europa nevados de fondo.
- El faro ejerce hoy día como Centro de Interpretación del Parque Natural de Oyambre y está integrado dentro del mismo.
- A los que le gusten los datos históricos: su situación privilegiada hizo que fuera habitada desde la prehistoria. Luego vivió allí la tribu cántabra de los Orgenomescos; fue la Evencia romana, que tenía aquí su Portus Vereasueca, clave para sacar el mineral que se extraía en esta zona del norte; y, muy temprano, el Reino de Asturias reconoció su valía con la construcción de un castillo que protegiera este valioso puerto.
La ciudad cobró cada vez más fuerza hacia el final del medievo, poco después de que adoptara el nombre por el que es conocida y que se tomó, previsiblemente, del mártir aragonés San Vicente. Aunque las epidemias y algún incendio a partir del siglo XV provocaron su decadencia. Hoy es una referencia turística en el Cantábrico. - El actual Puente de La Maza se acabó de construir durante el reinado de Carlos III y sustituyó a otro puente edificado en tiempos de los Reyes Católicos, que con 32 arcos era el mayor del reino. A su vez, éste último consolidó una estructura que hasta ese momento era de tablas.

Que hay cerca de San Vicente de la Barquera (a menos de 15 km)
Como veíamos antes, los alrededores del núcleo poblacional atraen a muchas personas, especialmente los relacionados con el mar (surferos), pero también los que buscan los encantos que ofrece el Parque Natural de Oyambre.
Sus playas (Del Sable de Merón, Del Rosal, De Bederna, De Gerra, De la Maza…) se encuentran entre las mejores de la zona occidental de Cantabria.
Y cuenta con varias rutas de senderismo, donde destaca la Ruta de los Acantilados, que llega hasta la Playa de Fuentes; además de las propias del Camino de Santiago del Norte, que alcanza muy pronto, por el oeste, la frontera astur en Unquera; o el Camino Lebaniego, que se adentra hacia el interior.

Entre las ciudades cercanas más llamativas destaca, al Este, Comillas, con su Universidad, su rico patrimonio artístico y sus palacios. Está a tan sólo 11’5 kilómetros. Una localidad que, si estás en la zona, merece la pena visitar.
Y al Oeste están las rías de Tina Menor y Tina Mayor; Unquera, a 11,7 km, con sus típicos dulces (corbatas); o Colombres, a 13,8 km, y sus hermosos palacios indianos
Haciendo una excepción a esta distancia, hacia el interior, a 25 km, se encuentra la famosa Cueva del Soplao, una maravilla de la naturaleza y referencia del pasado minero de esta zona.
¿Me dejo algo? Es muy probable, pero al menos espero que esto les sirva para incentivar su deseo de conocer este precioso pueblo.
Y al que ya lo conozca, le animo a completar esta información con sus comentarios. Siempre serán bienvenidos por los que deseen visitarlo.
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